Esta es una historia escondida en otra historia. La historia exterior es la cancelación que el diario El País ha hecho a su articulista más veterano, el filósofo, divulgador y polemista Fernando Savater. El aparente motivo es las críticas que en sus columnas Savater lanzaba contra el gobierno y el alineamiento acrítico del diario hacia aquel. Savater hace tiempo abandonó el alineamiento intelectual “de izquierdas”. Hoy no tiene pudor en considerarse “de derechas”, toda vez que a su juicio la izquierda ha aceptado las adscripciones identitarias de la postmodernidad (el nacionalismo periférico, la identidad de género o anti especie, la nueva izquierda con tintes estalinianos). La historia que vive dentro de esta historia de cancelación es la propia deriva anti ilustrada de los medios de comunicación de la que también es víctima el clima cultural y político de España. Por vulgar y obvio que parezca, la crispación totalitaria impide considerar que una persona que se adscriba a una opción política “equivocada”, puede sin embargo aportar ideas al debate colectivo. En nuestros tiempos, no. Y para nunca jamás.
De mientras, el muy septuagenario Savater, fiel al gusto de la tirria que izquierdas y nacionalismos le tienen, ha escrito un libro, Carne gobernada- De política, amor y deseo, donde lo de menos es una exigua vendetta retórica a todos los popes culturales que se han hecho con el control del diario en el que ha escrito desde su fundación. Carne gobernada ofrece luces filosóficas que aparecen en libros escritos hace casi medio siglo – Invitación a la ética, Etica como amor propio, El valor de educar, Despierta y lee, Poe y Stevenson, o La música de las letras). Pero el sustrato que fribila este nuevo libro es el poso de la ausencia de su esposa, Sara Torres, Pelo pincho, y una reflexión desde la praxis acerca de la sobrevivencia a la muerte y la capacidad de reencontrarse de nuevo con el amor. Y este, es un Savater nuevo, consciente del ciclo tardío, pero con una lucidez de pirata satisfecho y solaz.
Mi profesor de filosofía, el catedrático Paco Fierro sostiene que Savater quiso ser el Jean Paul Sartre español. Su prosa avezada bosqueja un lector enciclopédico y un voraz carnívoro de literatura. Y si no ha quedado a la altura del oscuro existencialista francés en lo tocante a su cuestionable postura política, sí ha sido uno de los más brillantes pensadores y divulgadores de la filosofía, lo que es mucho decir en una España de sacristías dedicadas a la caza de herejes a izquierda y derecha.
Es deshonesto juzgar la postura política de Fernando Savater. Y falaz. Más enriquecedor, y mucho, es extraer de las obras de cada “periodo” sus aportaciones éticas y políticas, estas a partir de las primeras. Del Savater admirador de Agustín García Calvo, a pesar de que lo niegue y reniegue denostadamente, Panfleto contra el todo contiene aportaciones clarividentes contra ese todo, contra la mirada totalitaria y la vida administrada desde el todo, que es como las ideologías todo lo observan y con todo aspiran. Si bien Savater considera a partir de entonces que el Estado puede y debe servir como pilar de un cierto ideal de justicia equitativa de todos los ciudadanos, sigo percibiendo un libertarismo ético en cada una de sus siguientes obras. Un stevensonismo avant la lettre.
Savater ni define ni siquiera defiende un libertarismo ético, ni siquiera quizá una ética libertaria. Lo que es evidente es que la ética – no solo la reflexión “¿Qué debo querer?” como afirma en Invitación a la ética – ha sido desterrada a los más abyectos calabozos de lo político. De las antiguallas ideológicas ha quedado una razón instrumental aún más nociva que la analizó Horkheimer tras el nazismo. Una plasticidad postmoderna convierte lo cóncavo en convexo. Los proyectos políticos no tienen el más mínimo contenido humanista o ilustrado. La ley, entonces, es un nudo que se enlaza o deshace en función de la oportunidad. El debate público, la dialéctica aristotélica, ha sido sustituida por una confederación de sacristías buscando herejes.
Carne gobernada podría ser una gema abandonada en la isla del tesoro dejada por el septuagenario Fernando antes de realizar su último viaje.
Carne gobernada. De política, amor y deseo. Fernando Savater. Ariel 2024. 173 páginas. 19,85 euros