El insurgente editor de la refinada contracultura norteamericana falleció el 23 de febrero. Lawrence Ferlinghetti estaba a punto de cumplir 102 años. Fue el editor de la generación beat – Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burroughs, Gregory Corso, Gary Snyder, Diane di Prima y Hettie Jones, entre otros -, y de autores que sirvieron a estos de sustrato, como Kenneth Rexroth. Durante 50 años publicó cuidadas y accesibles ediciones en ingles de los artistas españoles menos conocidos en la costa oeste norteamericana – García Lorca, Cernuda, Picasso… – y panamericanos como Pablo Neruda, o César Vallejo. Estuvo abierto a la nueva corriente literaria y artística que desde finales de los años 50 comenzaba a emanar de latinoamérica. Y siguió publicando a los autores norteamericanos sobrevivientes en los mágenes mentales de una norteamérica de vaporosas autopistas, ciudades angostas de hormigón y neones mortecinos que exhalan falsas ilusiones de felicidad.
Lawrence Ferlinghetti tuvo «su visión» como hombre en Nagasaki, poco después de que sobre la ciudad japonesa fuera arrojada la mortal bomba atómica. El entonces joven recluta norteamericano vio en aquel desolado paisaje de muerte total el signo de su tiempo. Y nació entonces el Ferlinghetti que a principios de los años 50 conocerían en San Francisco como el agitador cultural, libertario, editor y librero de la pequeña librería City Lights, epicentro del renacimiento cultural de toda la costa oeste norteamericana.
Como poeta, Ferlinghetti recogió el arte de Ezra Pound y Yeats para colorearlos con una paleta de colores imaginarios salidos de unparticular surrealismo vitalista. Su antología en castellano, El pulso de la luz, publicada por Salto de página en 2016 con traducción de Antonio Romar es el intento más preciso por ofrecer en castellano una aproximación a un poeta deliberadamente obviado por la inteligentsia contracultural.
El arte de Ferlinghetti supera las fronteras formales de la poesía beat e incluso de la contracultura norteamericana, con todos sus ídolos cool y mistificaciones formales. En sus temas, podemos ver cómo la lucha entre realidad cotidiana y vida administrada gira y lucha con desgañitada actualidad: el impeachment al presidente rendido al Goliat bélico; el arte como expresión insurgente; un archipiélago de pequeñas libertades frente a la densa marea de la razón instrumental en la era postmoderna.