Si escoger cuatro o cinco libros de los publicados este año 2024 es una banalidad por el mero hecho de hacer listas, yo ofrezco los cinco o seis libros que han creado en mí una experiencia fulgurante y imperecedera. Por orden de aparición. La Llamada de leila Guerriero. Ya la hemos reseñado en Hincapié. Guerriero reconstruye atrás y el tiempo después la historia de Sylvia Labayru, militante montonera capturada por los militares argentinos en 1976, y encarcelada en un centro de exterminio en la ESMA, la escuela de Mecánica de la Armada en Buenos Aires. Su atroz experiencia como presa y esclava sirve para dibujar la psique agruyerada por la depravación de los militares que decidieron limpiar el país de inmoralidad.
El drama de Silvia no termina cuando consigue salir con vida de la ESMA. Son sus excompañeros, exiliados como ella, los que la denigran por haber salido con vida. Y ahí Guerriero ensancha la historia de Silvia que se convierte en la historia de todos los cristales rotos – la familia militar de ella, sus compañeros, los militares, los exiliados, los políticos del después, los torturadores, la Silvia de hoy – en los que se convirtió La Argentina y que siguen siendo parte simbólica de la Argentina de hoy.
El segundo es una novedad dudosa, pero de indudable importancia. Alfaguara acaba de republicar con algunos inéditos los relatos cortos de Julio Ramón Ribeyro, escritor peruano (Lima 1924-1994), descolgado quizá por actitud propia del boom de la generación de Cortázar, Vargas Llosa, Márquez y Reinaldo Arenas. Ribeyro es el maestro versátil y creciente, como lo demuestran estos relatos ordenados cronológicamente. Su punto de fuga se dirige a personajes en la desesperanza de la vida cotidiana, héroes y verdugos algunos al mismo tiempo. En los resquicios del relato, Ribeyro dentellea la ficción hasta hacerla parecer periodismo literario.
La magnitud moral de sus personajes, la construcción perfilada que leemos de su interior en tan breve espacio de líneas, el torrente metafórico a dosis precisas, la sutil ironía con la que denuncia el cinismo y la injusticia, hacen de Rybeiro un autor muy superior a otros integrados en el canon como grandes del relato corto. Esta monumental edición rescata a un autor injustamente apartado, y del que hablaremos mucho más en estas páginas porque se ha convertido en uno de nuestros maestros.
Juan Arnau es un astrofísico español, que, para sorpresa del país, trabaja de lo suyo en su país. Es una autoridad en las corrientes del pensamiento en Oriente. Y en dos de sus últimos libros, La Mente Del Mundo y Materia que Respira Luz, publicados por Galaxia Gutenberg, combina las aportaciones de la física cuántica con preceptos de las filosofías orientales. Su rigor científico se aúna con una prosa divulgativa y brillante. La ciencia mecanicista que separaba los cuerpos del espíritu, por fin entra en una era en la que entran en escena aspecto que la ciencia relegaba al arte: el estudio del espíritu. La física cuántica abre puertas descubriendo que no todo ni en todo momento es lineal ni determinado.
La suya es una reivindicación del estudio de los fenómenos. Y se abren más interrogantes para otros campos: la existencia, la conciencia original, el cosmos, la ciencia, la experiencia. Ambos son libros que adoptan diferentes arquitecturas: son un observatorio cósmico, un templo para la meditación, una apasionante reivindicación de los díscolos filósofos Spinoza, Leibniz y Berkeley, un llamamiento contra la ortodoxia gnóstica y matemática, pero sobre todo una puerta a la superación del miedo y el sufrimiento a través del conocimiento y de la huida de la ilusión. Todo esto en el momento en que nuestro mundo y nuestras vidas se ven atravesados por un haz de tecnologización soberbia y cosificadora. Los libros de Arnau son en este sentido, contestatarios, y no debieran de faltar en una biblioteca que se precie.
Una mirada al cómic. Astiberri acaba de publicar Animales, de John Carlin y el ilustrador Oriol Malet. ¿Es George Orwell universal, y más en concreto su genial sátira política Rebelión En La Granja? John Carlin ex casado con una sandinista, y Malet, admirador de Orwell, recurren a él para mirar al otro lado del planeta y el tiempo de Orwell, pero no alejado de su relato. En lo que ha quedado convertido, o quizá estaba condenado a quedar, de la revolución sandinista que Carlin y Millet como otros muchos pensaron suponía aires de liberación y emancipación.
El matrimonio Ortega-Murillo plenipotenciarios monarcas renacidos y antiimperialistas son los protagonistas, las cabras sandinistas – a diferencia de los cerditos Napoleón y Bola de Nieve de Orwell. La Nicaragua de 1979 es la Granja del señor Jones. El trazo de Millet, su animalismo antropomórfico ecléctico es sobresaliente, y el guion de Carlin fraguan relatos paralelos: la personalidad narcisista de los líderes de la vanguardia – las cabras –, la sublimación de sus instintos, el hilo umbilical y escatológico hacia del poder del dictador al que siempre deponen – el cerdo rodeado de una pira de dinero y sus guardianes los perros –. La mirada de este cómic es un poco más onírica, va más allá de Nicaragua para utilizar lo allá ocurrido y pensar en toda la América central con sus movimientos de liberación. Pero la segunda capa temática es la contorsión omnívora del Estado, la acaparación de poder en quien lo ostenta, bien lo haya alcanzado por vías democráticas o insurreccionales.