Bilbao se asfixiaba una tarde de octubre, transpiraba el VI Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor desde el primer día del mes. Hoy, Manuel Jabois y Rosa Belmonte nos hablan del humor en la columna de prensa. Charlan envueltos en el aire acondicionado de la sala XXX de la Gran Vía. Lo hacen distendidos, el calor se ha disipado por el artilugio que zumba levemente en la atmósfera. De su boca salen partículas elementales, esas que la evolución ha dado en llamar palabras, conectadas entre ellas forman campos gravitatorios de ojos y, sobre todo, de orejas atraídas por su lenguaraz lengua. Manuel Jabois es alto, media melena y barba, parece lo que es, alguien que entiende la escritura como un medio que tiene que molestar, sino no merece tal nombre. Rosa Belmonte tiene la cara limpia, desde ella cabriolan sonrisas, parece que no ha roto nunca un plato, aunque dicen los que la han leído que desde la verticalidad de sus columnas periodísticas lanza fardos embreados a los puertos de la actualidad.
El humor no es solo esa manera graciosa o irónica de enjuiciar las cosas, es también cualquiera de los líquidos del cuerpo del animal, del animal vertical que somos. Digo esto porque si estamos compuestos en un porcentaje altísimo de esos líquidos, ¿por qué a menudo estamos tan enfadados? Vale, ya se que hay que tener mala hostia para cambiar las cosas, que no solo nos tienen que preocupar, también ocupar, las cosas, por las que nos indignamos, que siempre hay motivos para ser beligerantes, que unos acarician las piedras con burlas finas, las lanzan desde el papel o la pantalla y que otros introducen principios sin preámbulos en su acción directa. Líquidos todos de distinta densidad que conforman actitudes separadas por una membrana semipermeable.
Los espectros del humor son varios, como paliativo, como defensa o como último reducto de dignidad. Lo mostraron poco después los periodistas Enric González y Jon Sistiaga, testigos de varios conflictos bélicos. Otros días tuvimos “El humor en el Islam” y “Reír bajo Hitler” que mostraron la amplitud terapéutica activa del medicamento ¡JA!
Decir queda que entre los patrocinadores y colaboradores del festival, este año no he encontrado a ninguna empresa que me haga fruncir el ceño y provocar ataques que no son precisamente de risa.