Los médicos dijeron que Elias Khouny iniciaba el tránsito. Faltaban cuatro días para que sobre el cobalto del cielo de Beirut rasguñaran los aviones de combate. El barrio cristiano de Archrafieh, la altiva colina oeste de la ciudad, se afligía al mismo ritmo que se apagaba el corazón de Khouny. Nació aquí entre lo que