Se conocía hace unos meses a Berta Zúñiga, porque es educadora, además de por su participación en el COPINH, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras. A Berta Zúñiga se la conoce en toda latinoamérica desde el asesinato de su madre, Berta Cáceres. Ha cogido su testigo. En la entrevista, realizada por la Guerrilla Comunicacional, Berta habla de su madre y las verdaderas causas de su asesinato. Continúa su lucha contra del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, situado en el Río Gualcarque, sagrado para las comunidades indígenas y vital para su supervivencia. Desde el golpe de Estado en 2009, el gobierno hondureño ha otorgado 240 concesiones para la explotación minera e hidroléctrica del subsuelo. De los 850 megaproyectos extractivos, 51 están en territorios indígenas de la comunidad Lenca. La presa de Río Blanco es uno de ellos. Los indígenas lograron que el constructor más grande de represas del mundo, la compañía china Sinohydro, y el Banco Mundial retiraran su participación en el proyecto. Pero siguen los intereses de dos bancos europeos, la empresa Siemens y la avaricia de los grandes feudales hondureños.