Reunión en la calurosa Valencia; azora el mes de junio de 2007. Convocados por Pedro Perelló, regatista y empresario, se congregan personas a las que el éxito de la empresa en ciernes puede reportar algo más que «orgullo y satisfacción». Está Jorge Forteza, director general de la inmobiliaria Kühn & Partner, Juan Kouyoundjian, prestigioso diseñador de veleros, Borja Puig de la Bellacasa, consejero de la compañía publicitaria Bassat Ogilvy, Diego Torres, profesor de ESADE y ex socio de Iñaki Urdangarin; Camilo J. Cela, decano de la facultad de filosofiía de Baleares, el periodista Jaume Soler e Iñaki Urdangarín. Todos tienen un cometido y un área dedicada a tal: conseguir que la Copa América de vela salga otra vez de Valencia y lo haga con un nuevo equipo español. El objetivo es conseguir los 113 millones de euros que, entienden, tiene este desafío llamado EYRE. La misión de Iñaki Urdangarín se centrará en la obtención de patrocinadores, asumiendo la presidencia del consejo social. El libro Urdangarín y la Copa América, de Ricardo Grenville (Diego Torres) y publicado en Canadá por Ivy Business Press, desvela, apoyándose en extractos del sumario del caso Noos, cómo Iñaki, lejos de amasar su fortuna al margen de la casa real, contó antes y después con el beneplácito de la misma y siguió al pie de la letra sus reales órdenes.
Los imputados en el caso Noos desvelan que después de muchos meses de reuniones con José Manuel Romero, abogado del rey, Iñaki Urdangarin accede a retirarse del instituto Noos. La recomendación desde la casa real era que impulsase una fundación que le aproximase «de nuevo al mundo del deporte, cuidando mucho las apariencias y sin preocuparse por lo económico, ya que le facilitarían ingresos consiguiéndole puestos en consejos de adminstración» (1). Iñaki acude a esa reunión en el naranjero junio de Valencia en 2007 con su nueva fundación para el deporte bajo el brazo.
De los 113 millones totales para el proyecto EYRE, hay 34 millones en juego destinados a «financiar el equipo humano responsable de administración y finanzas, la adecuación de la base del puerto de Valencia y a inversiones en marketing, publicidad y oficina de prensa«. Las comisiones por hallar un patrocinador único hubieran reportado a Urdangarin cerca de 10 millones de euros. El margen lo pondrían las tarifas: un patrocinador «Oro» por 40 millones; un patrocinador «institucional» por 15 millones; patrocinadores «Bronce» por 3 millones. Pero, lejos de la imagen de codicioso aventurero solitario en el reino Borbón que la casa real ha pretendido ofrecer a última hora, Urdangarin – es uno de sus cometidos – consigue implicar al rey en el proyecto. Es su pasión, la vela.
El 9 de agosto de 2207, el sol alumbra a toda vela. Urdangarin envía un correo a su socio Torres:,
«Diego, hemos conseguido que el rey se viera con Pedro para presentarle el proyecto. La reunión fue muy bien y aparte de parecerle bien armado ha ofrecido su ayuda para encontrar ayuda financiera«.
Y es tanto el interés del monarca, tirando de agenda, extensa y curtida, que se hace con la labor en principio encomendada a Don Iñaki. El monarca consigue de un tirón los 11o millones. Iñaki le escribe apresuradamente a Diego Torres el 12 de octubre de 2007 a las 23:54:
«Diego, a ver si mañana hablamos un minuto porque es importante. S.M. me ha comentado un posible patrocinador importante y al irme el domingo quiero dejarlo en tus manos bien atado «.
Es el rey Abdulá bin Addelaziz Al Saud. El monarca ha gestionado el asunto con el hermano, el príncipe Selman, a cuya morada, el palacio Al Riyadh que posee en Marbella, el monarca español peregrinó el 27 de agosto. El primogénito borbón predica en el desierto con éxito. En aquel entonces y aú ahora, la familia saudita entabla una guerra con la monarquía qatarí por la expansión en los gentiles países meditarráneos. Qatar se posiciona en Francia: al poder inmobiliario añade la adquisición del club de futbol Paris St. Germain y una creciente influencia en la Banlieues. En España: se hace con el control de Iberdrola y opera en otros sectores a través de testaferros; la camiseta del F.C. Barcelona luce el logo humanista de la monarquía más reaccionaria del mundo. Y la familia saudí reacciona: en la capital madrileña subvenciona la gran mezquita. El patrocinio del velero español en la copa América, inmerso en EYRE, de proyección mundial, puede ser otra oportunidad para la familia saudí.
Como arena entre los dedos, la comisión parece írsele a Iñaki. Pero en ese proyecto, Urdangarin no está para sacar un rédito personal, sino político-familiar: en favor de los Borbón. Supervisando el trabajo de Urdangarin están dos personas clave en los entresijos de Moncloa además de emprendedores: Juan Carlos García Revenga, asesor del rey; y su abogado José Manuel Romero. Hasta 2012, cuando estalla el caso Noos, Carlos García Revenga regenta los cargos de consejero y miembro de la comisión ejecutiva de CAPCOM Internacional SL, dedicada a la explotación y servicio de telecomunicación.
Tanto García Revenga como Romero, el primero imputado en el caso Noos, y el segundo testigo en la causa, declararon que la casa real desconocía cualquier tipo de actividad de Urdangarin. Afirmaron, incluso, que esta consideraba que Iñaki había abandonado sus negocios en 2006. Los correos electrónicos en relación al proyecto EYRE desmontan esta mentira que Urdangarin repetirá en su primera declaración, exonerando a la casa real.
Se desconoce si los Saud adelantaron algo o buena parte de los jugosos 110 millones, y si el monarca español obtuvo alguna compensación. El proyecto EYRE se derrumba al desbaratarse la posibilidad de que Valencia acoga la Copa América.
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(1) Tras abandonar Noos, Urdangarin comienza a facturar a la empresaa Motorpress Ibérica, ditigida por José Luis Samarach, 475.000 euros, por una sencilla contraprestación; acudir un día al año al salón del automovil con su consejero delegado. La factura se realiza a través de Aizoon, sociedad de la que posee el 50% la infanta Cristina. Urdangarín cobra 77.000 euros de su íntimo amigo Joaquín Boixareu por pertenecer al consejo de su empresa Aceros de Bergara. Telefónica, en cuyo consejo ya figuraba el antiguo jefe de la casa real, Fernando Almansa, incorpora a Urdangarin como consejero internacional. Poco después Urdangarin se inc0rpora a Pernod-Ricard – 131.000 euros- , Altadis – 47.000 euros – y Mixta Africa – 391.000 euros -. 569.000 eruos en total. Por si esto no fuera suficiente, Lagardère, que combina medios de comunicación y la empresa de armamento EADS, ofrece un contrato al yernísimo a través de Aizoon por valor de 100.000 euros.
Durante su estancia en Washington, la infanta y su marido contactan con el diplomático Juan Romero de Terreros, embajador español en la OEA. Terreros encarga un informe para la organización de un congreso a imagen del Valencia Summit. Urdangarin y la infanta facturan 80.ooo euros por el estudio, y 400.000 si el congreso fructifica.