Desde un alto
-cuarto derecha, número 35-
de la calle del Rosario
el día se pinta
las uñas de azul
de las manos son
del pie amarillas blancas
como las fachadas
del pueblo andaluz
y por la ventana abierta
una brisa que a la melena
de la cortina peina
así es lo que espera
la metamorfosis de la luz
los sonidos que cambian
las voces que llegan ahora
como pompas de jabón
al habitáculo alto
generosa dádiva de pájaros invisibles
y ropas colgadas
son banderas himnos con más honor
extraña calma de cuarto pequeño
cavidad de entraña
y sensible calma
culpable calma
cuando trompetas derriban
murallas de Jericó
en un mundo que no cambia
las paredes del espacio pequeño
se recogen y alguien se tapa
los oídos y alguien se defiende
de su calma exenta
y da la espalda al mundo
y el vientre a la tibia cama
vedlo
en la postura de cúbito prono.