Ocurrió a causa de la rabia. Esa rabia que precedió a un ascenso de ánimo que luego se llamaría indignación. Aquella tarde eran dos. Uno hablaba desde su domicilio en la localidad vizcaína de Algorta; el otro en la orilla tardecina de baja mar en Laredo. Era preciso, coincidían, crear una revista que posibilitara no