La noche barcelonesa del 4 de febrero de 2006 se está celebrando una fiesta que acabará en tragedia y haciendo supurar uno de los casos de corrupción política y policial más lacerantes de Barcelona. En los alrededores de un antiguo teatro okupado donde se celebra la fiesta, la guardia urbana realiza una carga. De la azotea caen objetos. Uno de los policias que iba sin casco recibe, según el alcalde Joan Clos, el impacto de una maceta. El agente acaba en coma. Pero entra en coma de inmediato algo más: las libertades de toda una ciudad. La razzia policial acaba con la detención de tres jóvenes de origen sudamericanos. Son torturados en comisaria y privados de libertad durante 2 años. Fueron detenidos a pie de calle. Otros fueron detenidos por su forma de vestir. Una de estas últimas, Patrica Heras acabará suicidándose en 2011. La jueza revela que lo que se juzga en la sala nada tiene que ver con el posible delito: es el juicio a la misma disidencia en la ciudad. Años después, dos policías son condenados a inhabilitación y penas de prisión de más de 2 años por haber torturado a un chico negro. Estos agentes resultan ser los mismos que habían torturado a los jóvenes detenidos aquella noche del 4 de febrero de 2006 y algunos de los testigos que declararon en su contra durante el juicio. El documental Ciutat Morta, de Xapo Ortega y Xavier Artigas, es la historia de esta impunidad policial, acompañada por buenas dosis de racismo, clasismo y la vulneración de derechos fundamentales, todo ello amparado por un sistema judicial heredero del régimen franquista y unos políticos obsesionados con el negocio inmobiliario que brinda la Marca Barcelona a costa de sus ciudadanos; es también un homenaje a Patricia Heras.
Las consecuencias políticas del caso llegan hasta nuestros días. El actual alcalde Xavier Trias condecoró recientemente a uno de los implicados. Así lo relata un miembro de la guardia urbana de barcelona:
El documental fue emitido hace unos días en TV3, año y medio después de su estreno y en una versión censurada recortada por orden judicial para omitir la mención al exjefe de Información de la Guardia Urbana de Barcelona, Víctor Gibanell. La Federación de Asociaciones de vecinos de Barcelona ha pedido que se reabra el caso a la luz de las contundentes pruebas que revela el documental y que se ponga en libertad a los aún culpabilizados.
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