– ¿Sabes en qué veo que las comiste de tres a tres?
– En que comía yo dos a dos, y callabas.
Esto respondía Lazarillo de Tormes al ciego. Y quizá este pasaje, que todos recordáis, refleja a la perfección lo que ha ocurrido en España durante mucho tiempo. El «tú más» se ha convertido en la solución para desprestigiar a la oposición, a la competencia. La opción menos mala a la que hemos de votar. La opción a la que entregar el poder. No gobiernan los buenos, sino los menos malos. Nuestros políticos tienen una vida paralela a los de la gente común, a los de la ciudadanía, al pueblo. Ellos tienen sus propios problemas, alejados y muy distintos a los de la gente normal. Un claro ejemplo de ello fue la pregunta que le hicieron al ex-presidente Zapatero. ¿Cuánto cuesta un café? Hubiera sido mejor que dijera que no lo sabía. Pero decidió jugársela. Ni por el asomo ochenta céntimos… Éste es el problema, ¿cómo van a solucionar un problema que desconocen? Cómo van a representar al pueblo si no saben las dificultades por las que pasa.
Ellos tienen otras cosas que atender, principalmente encubrir los sonoros casos de corrupción que afloran a sus compañeros, cuando no es a sí mismos. No pertenecen a este mundo, desconocen los problemas que sufre la población y por ello no entienden nada. No conciben las manifestaciones, las quejas, los llantos o el hartazgo de la gente. Tienen chalets y pisos en la playa. Pasean sus lujosos coches y se hacen fotos en caros cruceros y restaurantes. Se ríen de todos, de los que les votaron y de los que no. Que se jodan, eso es lo que piensan. ¿Qué más les da? Tienen su vida y la de sus hijos resuelta. Hacen y deshacen a su gusto, gastan sin cesar ya que a ellos no les falta.
En estos últimos días, hemos oído hablar del escrache, un término que para muchos es nuevo. El escrache, una forma de protesta surgida en Argentina en la que los manifestantes se desplazan hasta el domicilio del responsable de su descontento. Diversos diputados han denunciado estas acciones por haberse sentido acosados y perseguidos. Ésta ha sido la única dosis de realidad que han recibido algunos de nuestros políticos. Aunque ha sido mínima y no se puede comparar, ésta es la crudeza que viven muchos ciudadanos. Personas que se ven perseguidas por los números en rojo, por los bancos. Se ven asfixiados al no encontrar trabajo, expulsados de sus casas y sin ganas de continuar. Es ésta la realidad que hay en España, la que malviven sus ciudadanos. El desafecto por los políticos es cada vez mayor, la gente que sí vive la situación real, lo está pasando mal. Mientras que ellos nos engañan como a niños, se reparten el pastel y reparten las migajas.
Lazarillo, harto de la avaricia de su amo, decidió vengarse de él. Iban de camino a la posada, ese día había llovido mucho así que el arroyo que tenían que atravesar estaba a rebosar. Lázaro le engañó haciéndole pasar por la parte más peligrosa. Primero saltó él y seguidamente el ciego, el cual cayó en la trampa y se estampó contra el poste. Lázaro marchó rápidamente sin el ciego, dejándole a su suerte…
Dentro de poco, como sigamos por este sendero, no serán pocos los que guíen a los políticos por la parte más peligrosa, para que se las vean con el poste.