Los policias encargados de la operación contra el anarquismo en Barcelona, Sabadell, Manresa y Madrid han leído demasiado a Hegel. El riesgo, ya advertido hace décadas, de una lectura obsesiva e incluso aguda de Hegel puede tener consecuencias irreparables: se ven luchas opuestos por todas partes. Los apuestos policías autonómicos, nacionales y subordinados que detuvieron el 16 de diciembre a 11 anarquistas llevaron sus pesquisas bajo el nombre de Operación Pandora. El humo de la operación aún se desconoce si salió de las pistolas y bocachas reglamentarias o de los cerebros reblandecidos por la lectura hegeliana. Siete de los anarquistas detenidos permanecen en prisión. Una de las pruebas contra ellos destaca por su contundencia: es un libro. Los ilustrados policías dedujeron: el libro tiene páginas que se leen; en las páginas impresas se critica la democracia, de hecho, el libro se llama Contra la democracia. Hasta aquí estaremos de acuerdo que no hace falta leer a Hegel sino tener los más elementales conocimientos de trigonometría para deducir, como señalan la apuesta policía autónoma, nacional y civil más el juez, que aquí huele e-vidententemente a «una organización criminal con finalidad terrorista y de carácter anarquista violento». El caso ha disparado, no por casualidad, las ventas de libros con las obras de Hegel. Compañeros y amigos de los aún detenidos, además de leer al filósofo alemán, reclaman la vuelta de los reos sanos y salvos, y muestran la perniciosa prueba libreteica que en su contra esgrime la docta policía.
Los detalles y marcha de la operación Pandora pueden seguirse en el blog efectopandora.