La mascota. El perro. El leal perro es el rey de los animales domesticados. Su concurrencia en nuestras calles los ha convertido en un lobby de prestigio (peluquerías, fisioterapias para sus patitas felices, hidroterapia, terapia de ultrasonido, osteopatía y prendas para el frío y el agua) hasta alcanzar la cumbre de la estima. Mascota, del francés mascotte: amuleto.
Es habitual oír a tus espaldas que alguien prorrumpe exclamaciones, arrumacos y otros arrobamientos, aplicados, eso crees, a un niño: ¡ cariño, eso no hagas, mi amor, eh! Pero, no, te das la vuelta y van dirigidas a un perro. La humanización de la mascota. Hablarle con matices que no puede entender, o con voz admonitoria de profesor dirigida a preadolescentes en un aula. Al dueño se le llama tutor, al ladrido vocalización (se lo he oído a una educadora de perros). Como vivo cerca de una concentración de bares, no puedo estar más de acuerdo con esto último: algunas personas vocalizan ladridos. Pues eso, humanos con expresiones de perro y perros que se parecen a su humano. Como me quiero sumar a esta moda con la naturalidad de los convencidos, estoy pensando en comprarme un perrito, quizás un chihuahua, para que cague y mee pequeñeces, le llamaría Amuleto. Una opción para tener perrito es esperar a que se comercialicen los canes robots. Otra solución es que como los perros no distinguen entre un árbol y la foto de un árbol, pintar una pared de casa o empapelarla con una gigantesca fotografía, y poner un cubo vacío como la base del tronco, de esta manera no le sacaría nunca. Si me ánimo, seguramente, no me importará sacar a Amuleto a hacer lo suyo; vivir en Getxo me estimula porque es un lugar donde los árboles no son simples árboles, sin ornamento y carentes de todo aderezo, sino cilindros cuidadosamente recortados por los jardineros, a quienes algunos maliciosamente llaman manicuros. No importa que vivamos en un municipio que si cumple el mínimo legal de zonas verdes por habitante es porque contabiliza el Club de Golf de la Galea como zona verde. Pero esto los perros no lo saben y levantan o se acuclillan en váteres de categoría arbórea.
Han pasado las elecciones municipales y no me he atrevido a pedir al partido que voto a que incluyan en el programa una Osakidetza para mascotas. Incluida la odontología.