
La iglesia católica tiene un paraíso en España. Un paraíso dotado de exenciones y tratamiento favorable. Según Europa Laica, en 2020, año de la pandemia, la iglesia recogió el 0,7 correspondiente a la recaudación de la casilla del IRPF, 298,1 millones de euros. Sólo el 25% fue destinado a labores asistenciales, mientras el 75% fue para salarios de los curas, obispos, arzobispos y otros de la alta curia, pagos a la Seguridad Social y funcionamiento interno de la Conferencia Episcopal. De esos 298 millones, para Cáritas fueron 6,5 millones, el 10,8% quedó declarado como superávit. Pero como tenemos otra casilla, como que no hay problema; pues no, la iglesia recibe de forma indirecta el 50% de esa casilla para fines sociales. El Tribunal de Cuentas constata que no justifica el dinero que recibe por el IRPF. Así como que el superávit es excesivo. Europa Laica asegura que la iglesia recibió 11.800 millones de euros de dinero público en 2020. ¿Cómo? ¿de 298 millones sacados de la cruz de la casilla de la iglesia, a 11.800 millones? Esto se llama procreación partenogenésica, ¿No? Europa Laica lo explica: 5.400 millones que reciben por la enseñanza concertada y pago de profesores. “ 2.000 millones por obra social y asistencial. 900 millones por actividad hospitalaria, 600 por conservación artística o inmobiliaria. Además de las exenciones fiscales por IBI y otros impuestos, 2.000 millones al año. ¡Ah!, y la TV 13 de la CEE, recibe ayudas del Estado. Queda decir que para engrasar la puerta de San Pedro y su llave oxidada, la iglesia cobra por bautismos, nacimientos, casamientos, funerales y otras competencias sacramentales. ¿No se llama a esto simonía? Según su vocabulario, sí.
Lo ocurrido en el convento de las Clarisas de Belorado me ha recordado a Las almas muertas de Nicolai Vaselievic Gógol. En la novela cuenta la historia de un estafador que compra a bajo precio aldeanos siervos muertos después del último censo y sin embargo todavía vivos a efectos fiscales porque no se ha registrado su muerte. De esta manera engaña a la Hacienda para transferir las llamadas almas muertas en el papel, a una provincia en que se concedían amplias tierras a quienes tuvieran cierto número de siervos. En Belorado, la monja muerta hace dos años estaba cobrando una pensión de 395 euros. Ellas, las vivas, personificadas en la abadesa Cicikov – nombre del estafador en el libro de Gógol – aseguran que es fallo de la Seguridad Social porque se comunicó en tiempo y forma, aunque el arzobispo de Burgos dice que no. Se está investigando para esclarecer los hechos sin tener en cuenta la transmigración del alma que pasa de un cuerpo a otro. Hipótesis que descartan.
Había decidido terminar este artículo con la creencia desechada por la diócesis de la metempsicosis del alma, cuando descubro un libro leído hace tiempo: La Iglesia S.A. del periodista Ángel Munárriz, y no puedo concluirlo. Siguiendo con las simonías leo en dicho libro, que organizan visitas a la catedral de Toledo de selectos grupos de diez personas que incluye concierto de órgano, aperitivos de jamón ibérico, menú de cochinillo deshuesado, tarta y vino, todo por 9.000 euros persona. Alquilan sillas, ¡en la vía pública! durante la semana santa de Sevilla con lo que las cofradías se embolsan tres millones y medio de euros. Rouco Varela, cuando dejó de ser arzobispo de Madrid, se trasladó a una casa de 370 metros cuadrados, además de dos religiosas para la asistencia doméstica, prosigue con los vínculos de un tercio de los consejeros de las empresas del IBEX con universidades católicas.
Que el mundo de la iglesia es de este mundo, es tan cierto como que elabora un jugo por sus conductos excretores para desembocar en una digestión que pagamos todos, seas o no de su rebaño. ¿Más flujos pecuniarios? Concertación, así llamada a la financiación de los centros privados religiosos. La iglesia es la mayor propietaria privada de bienes culturales de España. Las catedrales hoy operan como activo turístico: “Dejad que los touroperadores se acerquen a mí”. Pero, ¿acaso no se autofinanza con la equis en la casilla de la iglesia, esa que obliga a Hacienda a destinar un porcentaje de la cuota íntegra resultante? El Estado calcula en función del número de equis cuánto dedica a la iglesia del total de lo recaudado. Y de esta manera durante 356 páginas La Iglesia S.A. (2019), revela que “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8, 30-36).
¿Qué pasará cuando otras religiones crezcan? ¿Tendrá el Estado que cuasi mantenerlas?