Los monos y las ardillas se andan por las ramas. Reid Hoffman no. Miembro del consejo de administración de Microsoft, ha dicho a la cadena de televisión CNN que seguirán donando miles de dólares a la campaña de la candidata a la presidencia de EEUU Kamala Harris si les entrega la cabeza de Lina Khan.
¿Quién es esta mujer? Pues es la presidenta de la Comisión Federal de Comercio. Su pecado ha sido adoptar políticas contra las grandes empresas estadounidenses en general, y las tecnológicas en particular. Lo que antes se sabía, pero no se decía en público en “la mejor democracia del mundo”, ni en ningún otro país, ahora se declara abiertamente, notoriamente, como paladines distinguidos por sus hazañas y su poderío, a tambor batiente. Otra de las acciones de Lina Khan fue nombrar en las grandes agencias regulatorias de EEUU a personas que no procedieran del ámbito empresarial.
“Que Hoffman -cuyo patrimonio ronda los 2.300 millones de dólares, según la revista Forbes- no quiera ver ni en pintura a Lina Khan no es raro. Lo que sí es notable es que dirija esta petición a su candidata” escribe Pablo Pardo, corresponsal de El Mundo en Washington. Único diario en el que he encontrado una información sobre esta maquinación que se solía esconder detrás de las cortinas.
Hay un valle en California, Santa Clara, donde se aglomeran las empresas tecnológicas más importantes del mundo: Google, Microsoft, Adobe, Amazon, Intel, Tesla y Meta entre otras. También se le denomina Valle del Silicio porque allí se instalaron las primeras empresas de chips. El silicio por sus propiedades semiconductoras tiene gran aplicación en la industria electrónica, de ahí la metonimia de Silicon Valley. Haberosos como señores feudales, las élites de Silicon Valley han comprado en los últimos años más de 50.000 acres (unos 200 kilómetros cuadrados) de tierras agrícolas en el condado de Solano, a una hora de San Francisco en el norte de California. ¿Buscarán extender su territorio para el boyante futuro de sus empresas? ¿Se traen entre manos ampliar su nicho en otra inversión garantizada como es la agricultura extensiva? Por preguntar no se pierde nada, además clarifica por referencia a acciones y experiencias futuras.
Cabe decir también que Donal Trump ha pedido directamente a las grandes petroleras 916 millones de dólares -en abril se reunió con directivos de petroleras en su residencia de Mar-a-Lago- a cambio de dar marcha atrás en las regulaciones del medio ambiente. El poder de las grandes corporaciones ya no se anda por las ramas, ni de la mano del capitalismo del laissez faire.
Ahora se anuncia el temor a una recesión en EEUU. Las causas son muchas, una de ellas el elevado nivel de cotización de las tecnológicas. Y ya que viene bien seguir preguntándose cosas, ¿son reveses y traspiés?, ¿uno más? O como dijo Lynn Margulis, bióloga estadounidense, “el destino inevitable de las especies con exceso de éxito es borrarse a sí mismas”.