En el periódico miro una foto de Christine Lagarde, la veo más como una diosa de la melanina que como gerente del FMI. Bronceada ella. Algunos leen sus declaraciones como campanadas de regocijo y otros como cañonazos. Yo que soy de los últimos, no puedo dejar de observar, cerrando el periódico, a las viejas que toman el sol entre la pared del Club Marítimo y las escolleras de la playita de Las Arenas. Siempre que sale un rayo de sol un poco terco en mantenerse filón entre las nubes, allí están ellas. Las he visto en invierno. Tienen el mismo color tostado que la que habla de Productos Interiores Brutos, turbulencias financieras y riesgos de estancamiento; pero claro, por los músculos escarolados de las mejillas de las viejitas salen otros soplos en voz. Mientras un hombre silba en la ducha y se quita la arena de los pies.
Y es que no solo la muerte nos uniforma, también el bronceado que nos tuesta a todos con la misma alegre igualdad de clase.
No puedo dejar de mirar a las viejitas con ternura, actitud restablecida gracias al buen tiempo que se adjetiva por la brisa que corre sobre mis ojos abiertos y mi boca cerrada. La ternura es un afecto de mayor volatilidad que las finanzas y las inversiones. Yo la elaboro con la cualidad dulce de una mañana, mientras las veo desplegar por sus cuerpos aceites protectores tan volátiles como la recuperación cíclica de la economía.
Entre tanto me temo que mi cara empieza a parecerse a un semillero de betacaroteno.
EN SUIZA HAY UN SISTEMA POLÍTICO SIN PRACTICAMENTE JEFE DE ESTADO, GOBIERNO Y ESTÁN LO MAS CERCA POSIBLE DE LA DEMOCRACIA DIRECTA
https://es.wikipedia.org/wiki/Pol%C3%ADtica_de_Suiza
«La política de Suiza tiene lugar en el marco de una república democrática parlamentaria federal pluripartidista, donde el Consejo Federal actúa como jefe colegiado de Gobierno. El poder ejecutivo es ejercido por el Gobierno y la Administración Federal. El poder legislativo federal recae en el Gobierno y las dos cámaras de la Asamblea Federal de Suiza. El poder judicial es independiente del ejecutivo y del legislativo. Para llevar a cabo cualquier cambio en la constitución es obligatorio aprobarlo mediante el referéndum obligatorio. Para realizar cualquier cambio en una ley se puede solicitar la celebración de un referéndum facultativo, en los tres niveles de la administración: federal, cantonal y municipal. A través de referendos, los ciudadanos pueden impugnar cualquier ley votada por la Asamblea Federal y, por medio de iniciativas, introducir enmiendas a la constitución federal, lo que hace de Suiza el Estado del mundo más próximo a una democracia directa.»