
Qué sería de España sin su franqueza. Antes que la realeza y la democraleza, se sitúa desde el uno de abril de 1939, la franqueza. Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado Pardo nació a las doce y media de la noche del tres al cuatro de diciembre de 1892 en la ciudad de Ferrol. A la luz de los postreros aconteceres, el niño salió de natural taimado. Y sobre todo empeñado en quedarse, y hacer quedarse a los demás, en el siglo en que su descansada madre lo dio a luz. Lo consiguió a medias: España y los demás sí se quedaron en el siglo anterior y él acaparó en su parco y ancho cuerpo todo el siglo siguiente. Podía haberse quedado en un nuevo Cid campeador, pero prefirió jugar en una liga superior, caudillo generalísimo de todos los ejércitos y santo guardián de la civilización occidental. España, tan dada a las efemérides vacuas, celebra este año, qué paradójica morriña, el 50 aniversario de la ausencia de Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado Pardo.
Nuestro personaje siempre tuvo una relación ambivalente con los tamaños. Su totalitarismo era de medidas. Recuerden: una, grande y libre. También con los números. Tan parco como era, todo quedaba reducido al binomio: la España eterna, y la anti España. Un país de sombras movedizas y parca tecnología: el garrote mejor que la silla eléctrica. La prosa se cubrió de un boato elegiaco y el pensamiento era de nubes que no tomaban cuerpo. La conjugación de los tiempos hizo del futuro algo pluscuamperfecto, y el subjuntivo acabó siendo considerado subversivo por la brigada político social. Paco el parco, como lo demuestra el presente imperfecto, dejó de ser contingente no el día de su fallecimiento, sino el de su funeral, al tercer día, un domingo 23 de noviembre de 1975.
Los tiktokers creerán que Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde Salgado Pardo son ocho futbolistas o los miembros de un grupo indie. Los cincuenteros tarados en nuestra franqueza interior sabemos lo que hacíamos esa fría mañana del domingo sin lluvia del 23 de noviembre de 1975.
El mundo es una confederación de caudillos, y España, una red de pedanías de sub caudillos o meritorios orgullosos de su regional preferente. La nueva ideología nacional es el nacional narcisismo. Hablando francamente, qué bajeza.
Para saber algo más o algo menos, según se mire:
Franco. Julián Casanova. Editorial Crítica, 2025. 528 páginas. 22,90 euros.
Franco. Paul Preston. Editorial debate, 2025. 1096 páginas. 39,90 euros.