Karles Palakis es colaborador de la revista Hincapié y primavera que no llega es su primera novela, publicada por Amazon. Construida sobre el arquetipo de un microcosmos, el poblado de Inabono, se cierne sobre el retablo de sus habitantes una doble oscuridad: la moral y la de la naturaleza que somete al pueblo a un invierno cerril acorde con sus pecados interiores y colectivos. Primavera que no llega es una obra marcadamente iniciática. Más próxima al neo realismo social de los años 90 del siglo pasado. Se diferencia en que Palakis lleva a cabo una empresa totalizante, quizá inspirándose en La Celestina de Clarín y Las ciegas hormigas, de Ramiro Pinilla, al insertar en el relato un sinfín de personajes, y un punto de vista de cada personaje, además de un nivel coloquial con la intención de reiterar el carácter grotesco de la ruralidad. La lectura se contagia del tempo adormecido e inerte del topos elegido por el autor. Primavera que no llega pudiera enmarcarse como novela de escritura directa o collage de sketches.
Si es en nuestra era de la España vaciada posible un topos como Inabono, el lector no puede tener dudas de que el autor ha conocido o vivido en un lugar bien parecido. Sin embargo, el tiempo es pretérito: los hechos narrados tienen lugar en torno al año 1982, pues un niño juega con una camiseta del mundial de ese año. Más que una trama o estructura, el lector tiene una interminable galería lineal – pocas son las ocasiones de digresiones – de frescos donde un poblado letárgico y mohíno, y unos personajes de igual naturaleza son igualmente posibles.
Es difícil saber dónde empieza la novela y acaba el documento en Primavera que no llega. Así como los personajes están entrampados en la ratonera vital creada por el autor, este parece jugar con el lector al sumirle en un proceso kafkiano de algo que no termina de suceder o de llegar, como esa primavera o que ocurre a cuentagotas y que abarcan a solo cinco de los personajes, el alcalde, Rosa, Ignacio el secretario, su amada Clara y Manuel. Por la novela transita como en dientes de sierra la pulsión entre la embrutecida banalidad y el sinsentido existencial de sus vidas.
A raíz de la publicación del libro sobre la España vaciada de Paco Cerdá, premio nacional de literatura, Los últimos (Pepitas de calabaza, 2017), la literatura rural parece haber obtenido sillón de cátedra como género y sitio en el canon. Primavera que no llega no merece encasillarse ahí. Su pretensión es más moral que literaria.
Si tendríamos que fijarnos en la edición que Amazon hace a sus autores, como es el caso que nos ocupa, mayor violencia y desprecio estos no pueden soportar. Amazon deja en evidencia la importancia de la edición. Eso es ya es cosa de ellos.
Primavera que no llega. Karles Palakis. Amazon. 409 páginas. 18,78 euros.



