Pudiera ser que la crónica de Martín Ibarrola, La selva herida, (Pepitas de calabaza 2022), hubiese sido escrita por Jack London, pero no es así. Pudiera ser que los parajes en las riberas amazónicas de Madre de Dios tuvieran la misma fiebre de codicia, violencia y devastación que los crudos relatos londonianos. Y eso si