Durante dos semanas Jérôme Tubiana se reunió con Mohamed en N’Djamena, capital de Chad. En el húmedo sopor del mediodía, tras la oración, Jérôme recogía en taxi a Mohammed en la tienda que este esperaba convertir en una próspera lavandería. De ahí iban al hotel de Jérôme. Era imprescindible proteger a Mohamed de cualquier mirada: