
En ocasiones los libros son espejos, espejos del autor y por ende ocurre que en ellos también se refleja el que los lee. El último libro de Beñat Arginzoniz tiene la consistencia, en sus poemas, de esos túneles atravesados por luminosos trenes, desde los que se ve la oscuridad atravesada por luces transitorias. “Amanecer y quebranto” bebe de la fuente del tono grave y asunto serio, donde el poeta se ve involucrado en reflexiones irresolubles con la propiedad expresiva del haz de luz que mantiene la oscuridad en rededor. Arginzoniz regresa con muy poco entre las manos. Hay un buen trecho de géneros publicados por este autor hasta este último poemario. Un poemario que es un pequeño espacio por el que damos vueltas sobre el patio circular de sus versos. Los pasos andan palabras como piedra, muerte, olvido, flor absurda, ladridos, viento, amanecer, herida iluminada, música, y otras empedradas en brevedad adecuada hasta una meta: “Cada mañana te miras las manos/ y comienzas a envejecer.” Solo queda, añado, esperar y llenar el saco del tiempo con lo que se va. Estamos ante poemas cortos para largos vértigos.
Amanecer y quebranto. Beñat Arginzoniz, Ediciones El Gallo de Oro 2022.