Txarli Prieto, factotum del PSOE en Euskadi su secretario hasta 2014, se encuentra en un grave aPrieto. Son malos tiempos para la sombra que antes todo lo cubría. El apretado Txarli se enfrenta a una acusación muy grave. Mientras era secretario del PSOE alavés, entre 2009 y 2012, contrató el servicio de seguridad del PSOE a su misma empresa, Escoiba. A través de ella se hacían obras cuando las sedes sufrían ataques. Las facturas estuvieron faltas de aprieto en el tiempo: durante más de 15 años. Y figuran las de numerosos municipios. Según recoge El Correo, se hacía con la holgura de la «absoluta normalidad» y ateniéndose «a los criterios que se pedían». Txarli Prieto estaba vinculado a Escoiba entre 1992 y 2012. La travesía por los oasis empresariales en el fertil desierto de la política vasca, hicieron de Prieto un tardío predicador. Su equipo de prensa aduce que nuestro protagnista empezó a dedicarse a la «política profesional» en 2009, por lo que hubo un «pequeño tiempo de solapamiento» entre ese año iniciático y 2012. Pero el cantarín Víctor García Hidalgo, número dos de Txarli, cantó tres veces como el gallo; Virgilio Bermejo, ex asesor, es más preciso y apunta a que se pasaron facturas cuyos «trabajos» no se realizaron. Toda un vuelco al lema marxista: la obra para quien la trabaja. Las jugosas facturas, para quien las emite.
Si a San Pablo hubiera de creer cuando aseguró que por sus obras los conocereís, en el blog del Prieto Txarli, su imputación no existe. ¿Factura a contra reembolso?