Daroon se sienta ante la cámara en la sala de su casa en Ranya, ciudad del Kurdistán iraquí cerca de la frontera con Irán. Es la mejor habitación, la reservada para los invitados. Tres semanas antes de que la fotógrafa Valentina Sinis le hiciera esta fotografía, esta joven de 20 años intentó prenderse fuego. Un tercio de su cuerpo quedó abrasado. Después de varias operaciones, Daroon acaba de regresar a casa.
En 2017 Daroon contrajo matrimonio. «No realmente en contra de su voluntad, sino para cumplir con las expectativas familiares y las presiones de la sociedad», dice Valentina Sinis. El esposo es un chico de su barrio. Un buen chico. Sin embargo, ella no lo eligió. Daroon tenía otro sueño: ser maestra. Interrumpió sus estudios nada más casarse. «La que quería ser maestra interrumpió sus estudios».
«En Kurdistán, hay un apego simbólico y cultural al fuego: es por eso que muchas mujeres lo usan para poner fin a su existencia». Además, la gasolina está presente en todos los hogares y, por lo tanto, es de fácil acceso.
Daroon aún sin ser madre, ya estaba atrapada en en matrimonio, infeliz aunque soñando con la independencia. Intenta veinte veces ponerle fin. En noviembre de 2019, decide prenderse fuego, en casa, en presencia de su esposo. Desde entonces, apoyada por sus padres, se ha divorciado. Su padre la lleva a rehabilitación todos los días.
Fue una tragedia para toda la familia, sus seis hermanos y hermanas. El día que intentó suicidarse, una de ellas cruzó la frontera entre Turquía y Grecia, intentando llegar a Europa. Se volvió. “Daroon no vio otra forma de recuperar la libertad. Cuando haya recuperado el uso de sus manos, volverá a la escuela».
la historia de Daroon está relatada por Camille Drouet en el último número de la revista &Mois sobre el trabajo de Valentina Sinis, la serie The Broken Princess, en el que expone el destino de las mujeres kurdas que intentaron perecer bajo las llamas.
El trabajo de Valentina Sinis puede verse en su web y en su cuenta de Instagram.