
El juez Baltasar Garzón asegura en un artículo del diario El País que la acusación y la petición de 375 años para unos jóvenes que se encararon a varios guardias civiles en la población navarra de Alsasua es la «nada». La elección del término recuerda al rocoso existencialismo de Jean Paul Sartre. Aunque la definición que hace el juez de la severidad policial y judicial en los casos de violencia en el País Vasco, bien pudiera definirse como la náusea. De la nada puden sacarse titulares diarios, llenar periódicos y noticiarios; de la nada pueden llenarse también comisarías y cárceles; de la nada se rellenan condenas. Baltasar Garzón lo sabe. Sus multitudinarios arrestos de peligrosísimos radicales en el País Vasco o el cierre de varios medios de comunicación falsamente ligados con el terrorismo quedaron en la nada. Al rescatar el juez este concepto, ¿Será que España vive ya instaada en la nada y sus poderes nadan en el nadismo? Tendrán que cambiar el juramento de los cuarteles: «Todo por España», por un sartriano Todo por la Nada?