El mensaje a modo de teletipo cifrado de la organización decía: la sencillez multiplica el éxito del objetivo final. Y que el objetivo era concreto, casual, liviano. De tan efímero, su final, es decir, su ejecución, nada suponía. Así la conciencia de los camaradas llamados a eliminarle se limpiaba no de culpa, sino solo de