Cualquier rio es en sí el Ganjes o el Eúfrates. Y tan antiguo como ellos el Musketaquid, que anega las tierras de Concord, donde Henry David Thoreau escribió Walden. Cinco años antes, en 1840, él y su hermano se proponen navegarlo. El testimonio de ese homérico viaje de siete días es el diario de bitácora