En la populosa Darwin, capital del territorio del norte de Australia, el gobierno va a construir una megacárcel reservada a los aborígenes. Tendrá capacidad para albergar a 1.000 reclusos. Según las autoridades, el diseño arquitectónico ha sido pensado «respetando el lazo de los aborígenes con la naturaleza», según cita la revista XXI. Los edificios anexos