Era mediodía de miércoles cuando llamaron a Paulina Mahacha para decirle que Cristina, su hija, estaba desaparecida. Los amigos no sabían de ella desde el lunes en la mañana. Corría la última semana de abril de 2004, Paulina vivía en Villavicencio, ciudad al este de Colombia, mientras que su hija habitaba un cuarto en un