Cada vez que voy a una librería me sorprendo por la cantidad de estanterías que va ganando el género llamado Auto-ayuda. La gama es muy amplia. Va desde el Tarot hasta los ovnis, pasando por el enamoramiento y técnicas para sentirse mejor. Básicamente tiene que ver con las emociones y su tratamiento en positivo para que la vida nos vaya bonito.
No se por qué, no va conmigo. Lo mío es más la mala leche y sobre todo últimamente. Debe ser cosa de la edad. Pero el otro día leí un libro con el que sintonicé , no de auto-ayuda precisamente, si no que pensé que debiera de estar en las antípodas de esas baldas, una dedicada a lo negativo. Hablo de En la orilla de Rafael Chirbes. No hay concesiones en esta novela. No hay nadie inocente. No hay nada a lo que agarrarse. El protagonista, en una situación límite, desgrana lo que ha sido su vida y extiende su mirada hacia los que le han acompañado. No hay esperanza, ni salida. Si bien se sitúa en los últimos años de un país o más precisamente de una comunidad (Valenciana) y nos desnuda como protagonistas todos de esos devenires, creo que va más allá de todo eso y retrata a toda una generación o tal vez al ser humano sin remedio.