La vida y la muerte de cada persona están cooptadas por tribunales, abogados y pasantes. El lenguaje cromático o apaisado cotidiano de cada cual se transforma en la retahíla de pompa funesta de sentencias, edictos, sumarios y hasta providencias judiciales. Rafel Sánchez Ferlosio decía que el destino es un invento de la desventura, como el