Bajo un sombrero de fieltro parapetando las luces como colmillos en el interior del Joey´s, Marianne se apoya en la barra con la cadencia de Cleopatra. Quizá fue hace cincuenta años, Cenicienta. Su ceniza expresión se apaga cuando de su garganta sale un réquiem metálico. A Marianne, le quedan apenas unas horas de vida. En