En una de sus intervenciones en el juicio, el fiscal aseguró: «“En la Gürtel había un ‘pendrive’. Aquí no tenemos un ‘pendrive’, pero tenemos dos cuadernos. Siempre hay un contable que escribe más de la cuenta. Le pasó a Al Capone y en este caso le ha pasado a Ochandiano. Se ha intentado arremeter contra estas evidencias. ¿Por qué? Porque es la pistola humeante de un plan preconcebido”. Los cuardenos de Koldo Ochandiano reflejaban las mordidas a constructores o promotores que Alfredo De Miguel y el resto de dirigentes del PNV hoy condenados cobraron hace 10 años. El llamado caso de Miguel se ha saldado con la condena de Alfredo de Miguel,diputado y alto cargo del PNV en Alava, a penas que suman 13 años de cárcel por los delitos de cohecho, asociación ilícita, blanqueo, malversación, tráfico de influencias, falsedad documental y prevaricación. Koldo Ochandiano y Asier Tellería,también dirigentes del PNV, han sido condenados por delitos similares a 7 y 6 años respectivamente.
Pero, resultado de la extensa trama que hasta ahora supone la mayor red de corrupción conocida e investigada en Euskadi, hay más cargos del PNV y cargos condenados. El nacionalista Xabier Sánchez Robles, exdirector de Juventud del Gobierno vasco, ha sido concenado a 7 años por amañar contratos a favor de las empresas pantalla creadas por De Miguel y sus socios, también relacionados con el PNV, como son Iñaki San Juan – 5 años – o Josu Montés – 4 años -.
Las esposas de Alfedro De Miguel y Koldo Ochandiano que administraban las sociedades que cooptaban los pagos en negro reralizados por inversores y promotores – Kataia Consulting – también han recibido leves penas. Ainhoa Bilbao e Iratxe Gaztelu respectivamente reciben una condena de un año y medio de cárcel cada una.
Son 12 los concenados de un total de 26 iniciales imputados. La condena ha tenido una larga travesía y ha dejado una principal afectada, la denunciante de toda esta trama de cobro ilegal a gran escala. La promotora Aihnoa Alberdi denunció aportando grabaciones e incluso correos la red de chantaje en diciembnre de 2009. Alberdi había accedido a la adjudicación urbana del parque tecnológico de Miñao, en Araba. Tanto Alfredo de Miguel como Ochandiano la exigieron «si o si» la aportación de 100.000 euros de comisión. La negativa al pago y la denuncia de la red de extorsión ante el juez investigador supuso el fin de los contratos con la administración vasca en manos del PNV. Si bien la verdad que ella destapó ha salido a la luz,la sentencia no restituye el perjuicio organizado contra su persona. Ni siquiera recoge la denuncia de coacciones que emisarios del PNV hicieron a través de su padre para que efectuara los pagos. «Mediadores» del PNV avisaron a Alberdi «que se olvidara» de volver a contratar con la administración vasca. No ha obtenido ni uno ni de gobierno, ni de diputación ni de ayuntamiento alguno de la comunidad autónoma vasca.
La sentencia de 1.000 folios que condena a altos cargos del PNV, algunos de ellos ya sin carnet,sigue sin aclarar, aunque no es su cometido sino la verificación de unos hechos concretos denunciados, la existencia de un funcionamiento altamente extendido en toda la comunidad vasca similar al que en Araba ejecutaban Alfredo de Miguel y los 11 restantes condenados hoy.
Desgranar la sentencia condenatoria a seis dirigentes del PNV por el mayor caso hasta la fecha investigado de corrupción en Euskadi va a llevar su tiempo. Es una sentencia prosaica de 1.000 folios. Los condenados, un total de 12 personas afiliados, ex cargoso elegidos por cargos del PNV, tienen relación familiar y política con casi otros tantos representantes políticos del PNV en activo, desde concejales hasta senadores o congresistas. Se puede hablar, sí, de la familiar y endogámica familiaridad de la política vasca. La del círculo del principal condenado, Alfredo De Miguel, era también una pequeña pero sólida familia. Querida y mantenida por la gran familia que es el PNV. En el primer día de juicio, el alto cargo político del PNV, Joseba Egibar, otrora vice presidente in pectore del partido, se acercó al palacio de justicia de Gasteiz para dar un abrazo al imputado Alfredo De Miguel. Era un abrazo fraternal. Era el abrazo de todas las familias que suponen el PNV. Hoy se escenifica entre el PNV y los condenados un distanciamiento tan oportunista como lejano.