En Chile vive en estos momentos los segundos culminantes del duelo por el poder formal entre dos rubias en un país en el que la mayoría es pelinegra. El combate tiene aires de telenovela. Ambas se desenvuelven en el mundo de los cuicos, denominación que se utiliza en Chile para referirse a la minoría blanca, rica y prepotente que manda en el país. La masa de electores rotos denominación dada en Chile a las clases trabajadoras, son meros espectadores de esta pelea entre candidatas. Las minorías indígenas chilenas, los mapuches y aimaras, la población que las izquierdas denominan los “pueblos originarios”, esos ni tan siquiera serán espectadores de la fiesta electoral, interpretando simplemente el papel de invisibles en esta telenovela.
Cuando en la redacción decidieron que fuera a cubrir la situación prelectoral en Chile volvieron a mí mente los agradables recuerdos de Violeta Parra, Salvador Allende, Víctor Jara, el premio nobel de literatura Pablo Neruda, la premio nobel de literatura Gabriela Mistral y toda la serie de artistas y modelos históricos que ha dado el país andino con forma de franja vertical, una nación de diez y siete millones y medio de habitantes, en el que se percibe un cierto síndrome de insularidad. En términos geográficos Chile se encuentra encajonado, entre la cordillera de los Andes, que hasta la popularización de los transportes aéreos constituía un infranqueable muro natural y el océano Pacífico al oeste, con la fría Antártida limitándole al sur y el desierto y Perú al norte. Los casi 4.300 kilómetros de estrecha cinta vertical que ocupa Chile han propiciado un cierto aislamiento de su entorno, una forzada reclusión que en gran medida forja un país atípico con respecto las demás repúblicas latinoamericanas.
El próximo 17 de noviembre se celebrará la primera vuelta de las elecciones directas para elegir su presidente o presidenta. A la vez se elegirán 120 diputados, 20 senadores y a los representantes de los Consejeros Regionales. Elecciones a doble vuelta. Los candidatos que no consigan obtener más del 50% de los votos en la primera vuelta, el 15 de diciembre celebrarán la segunda ronda de las elecciones entre los primeros clasificados. Los requerimientos para ser candidato presidencial no pueden ser más sencillos, tener más de 35 años, ser chileno y estar habilitado para votar. En caso de haber sido presidente no se puede optar a la reelección, al menos hasta que transcurran los cuatro años que el sucesor ocupe el puesto. En esta ocasión, aspiran a la presidencia seis candidatos y tres candidatas. Dos de los candidatos son abiertamente de derechas y los restantes siete se posicionan en un abanico de izquierda aunque con distintas matizaciones.
Por el momento solamente dos candidatas parecen con suficiente opciones como para alzarse con el triunfo: Verónica Michelle Bachelet Jería (1951) (1), médico, agnóstica, de ascendencia francesas e hija de general torturado hasta la muerte por oponerse al dictador Augusto Pinochet y Evelyn Matthei Fornet (1953) (2) economista, católica, de ascendencia alemana e hija del general pinochetista que dirigía la institución militar en la que se torturó hasta la muerte al padre de Bachelet. Las encuestas dan a Michelle Bachelet una intención de voto de alrededor del 47%, por lo que la incertidumbre solamente se centra en ver si ganará la presidencia en la primera vuelta, como los analistas predicen, o si se quedará por debajo del mínimo exigible del 50% lo que conllevaría pasar a una segunda vuelta, en la que si la derecha consigue unirse puede llegar a arrebatarle el triunfo. De todas formas la campaña electoral está muy presente en las calles dado que en Chile se siguen utilizando los paneles de los candidatos rotondas y avenidas. Los “comandos” de los distintos partidos se encargan de colocar cada mañana miles de paneles con los rostros sonrientes de sus elegibles vestidos con los colores patrios (rojo, blanco y azul), por el día se preocupan de cuidarlos para evitar que los “comandos” adversarios los destrocen y al caer el sol los retiran, para repetir la operación propagandista de colocación de los paneles de caras sonrientes antes del morning prime time.
Por desgracia el escenario en que se desarrolla esta campaña por alcanzar la presidencia si se parece a la realidad latinoamericana. La híper contaminada Santiago capital de Chile parece un croquis de la realidad nacional. De la Plaza de Italia hacia el norte opulencia rallando el oprobio, de la Plaza de Italia hacia el sur pobreza rallando la miseria.
Ante la imponente fila de rascacielos que ribetean la Avenida Apoquindo el taxista se siente en la obligación de hacer saber a su pasajero que esta zona se denomina Sanhattan, claro acrónimo del Manhattan neoyorquino. A decir verdad que la zona financiera de Santiago con la Gran Torre Santiago, el rascacielos más alto de Latinoamérica de 63 pisos de alto, impresiona al forastero. Imaginarse en la cima de ese rascacielos, a trescientos metros del suelo en un terremoto de los que cada 20 años sacuden Chile, aterroriza. Al menos a los que llegamos de la parte del Viejo Continente en el que un movimiento telúrico de nivel cuatro en la escala de Richter puede convertirse en titular de periódico.
Paraíso del neoliberalismo, los denominados Chicago Boys formados en la Universidad Católica de Chile y fieles seguidores del economista y premio nobel de economía Milton Friedman (1912-2006), aprovecharon el golpe de estado del general Augusto Pinochet para experimentar las teorías del controvertido ideólogo, aplicando en Chile su visión del capitalismo más puro y salvaje (3). Constituyó el primer experimento neoliberal, después exportado a muchos países. La consecuencia más palpable de la implantación de las teorías de Friedman es que en la actual solamente un pequeño grupo de familias cuicas manejan prácticamente toda la economía chilena asegurándose que las leyes y la justicia convergen con sus intereses particulares. La privatización de todo lo privatizable significa que al llegar a Chile descubres que es un país en el que cobran por todo y todo tiene un cargo o un peaje que va a engrosar los bolsillos de alguna empresa de renombre. Al igual que la economía venezolana depende de las cotizaciones del petróleo, la economía chilena la cotización del cobre es un factor determinante de su pulso financiero, principal fuente de divisas para el país. En estos tiempos preelectorales las posiciones económicas viven un momento dulce, con un PIB creciendo un 5,6% en 2012 y una constante visión de grúas y obras trabajando a destajo por todas partes. La palabra crisis solamente les suena situaciones que ocurren en el continente europeo.
El mismo taxista que nos muestra con orgullo patrio la línea de rascacielos se niega a llevarnos a la zona sur de Santiago, donde se aglomera la población pequeño consumidora endeudada hasta la desesperación, y enfrascada en el futbol y la frivolidad televisiva. La Terminal de buses junto a la Estación de Ferrocarril Alameda es todo lo lejos que el taxista decide llevarnos para que veamos el Santiago roto, el Santiago por el que fluye más sangre indígena, un Santiago que se diferencia muy poco de las demás zonas empobrecidas del continente.
Oficialmente la Independencia de Chile se declaró el 12 de febrero de 1818, no siendo reconocida por España hasta el 24 de abril de 1844 y no sin antes librarse innumerables batallas capitaneadas por el libertador Bernardo O´Higgins Riquelme (1778-1842).
Chile es un país construido sobre bases éticas y muy buenos principios llevados a cabo en la primera época como país independiente. Ya en 1822 el líder nacional Manuel Salas (1754-1841) protestó contra la crueldad de las corridas de toros al afirmar que “Una nación que asocia su cultura al cruel hábito de banderillear y matar a un toro asustado, y que tolera todo esto bajo la impostura de “tradición” y “cultura”, no puede más que ser una nación de naturaleza empobrecida, sin auténtica creación cultural, y de ética mediocre” rechazando también por los toros por el hecho de que el trato dado a los animales en estos espectáculos atentaba contra la ilustración y la cultura propias de costumbres civilizadas. El 15 de septiembre de 1823 en el mismo decreto en el que se abolía la esclavitud en Chile, se prohibieron las corridas de toros y las peleas de gallos. Otro rasgo eminentemente progresista para su época de Chile fue la abolición de los títulos nobiliarios decretada por Bernardo O´Higgins el 22 de marzo de 1817. Se arranca la independencia del país eliminando a la aristocracia, una medida poco antes llevada a cabo por la Revolución Francesa.
Estas y otras medidas crearon un país con base democrática, casi referencial para el continente, y que parecía suficientemente sólido y democrático al evitar asonadas por cuatro décadas, hasta que el 11 de septiembre de 1973 el cruento golpe de estado llevado a cabo por el General Pinochet con el apoyo de los Estados Unidos capitaneados por el secretario de estado Henry Kissinger (Premio Nobel de la Paz), acabó por torcer. Chile hoy no es el mismo que antes de esa fecha. Aparte de las consecuencias provocadas por la represión desatada en los 17 años que duró la dictadura militar, desde ese infausto día, la autoimagen de los chilenos también está dañada. Estas elecciones presidenciales se presentan como la contienda entre las dos caras de Chile, entre la que se aprovechó de la dictadura para afianzar su poder y la que sufrió la represión en carne propia.
De acuerdo a una encuesta realizada en Chile entre el 25 junio y el 20 de agosto de 2013 un 61% de los encuestado considera que los sindicatos favorecen la democracia, seguidos de los que opinan que la policía (51%), los movimientos sociales (47%), las fuerzas armadas (46%) o la radio (42%) la favorecen. Por el contrario los políticos ocupan la última posición en cuanto a ayudar a fortalecer la democracia con un 20% de respuestas a favor, solamente precedidos por los empresarios (22%), la iglesia católica (22%) y la televisión (25%). Una radiografía social bastante parecida al escepticismo que viven los europeos periféricos en lo referente al descrédito de políticos, poder financiero e iglesia. Sorprende de todas formas el alto valor otorgado a los sindicatos de trabajadores en el fortalecimiento de la democracia. Preguntados si consideran que existe un conflicto entre los mapuches y el estado, un 82% considera que hay un gran conflicto y un 13% se decanta por considerar que solamente existe un conflicto entre los habitantes originarios de Chile y el estado. Mientras los partidos con más opciones de conseguir la presidencia niegan la existencia de problemas con las minorías originarias, tratando de no traer esa situación al debate, la ciudadanía parece considerar la situación preocupante, ya que para Chile es una bomba de relojería que en cualquier momento puede estallarle (4). Aunque muchos rotos llevan sangre autóctona y en cierta medida les gustaría reconducir esta situación, se encuentran con que los cuicos, que por lo general son criollos de antepasados europeos, prefieren esconder esta situación, seguir implementando leyes antiterroristas y perseguir silenciosamente a los indígenas para evitar que trascienda las fronteras chilenas.
Michelle Bachelet, que ya fue ministra de salud (2000-2002), ministra de defensa (2002-2004) y presidenta (2006-2010), basa su campaña en conseguir la mayor cantidad de apoyos para poder gobernar con tranquilidad, no en vano aporta años en el cargo de presidenta, promete por lo tanto en su campaña mejorar la sanidad contratando 750 médicos especialista para las regiones fuera de la capital además de abrir 132 nuevos ambulatorios (SAPU), su contrincante Evelyn Matthei por el contrario se proyecta como líder capacitada para dirigir el país, por lo que promete que de ser elegida se contratarán 6.000 nuevos carabineros (policías) y se abrirán 50 nuevas comisarías. Bachelet enfatiza la necesidad de nuevos carril bici (ciclo vías) y áreas verdes, de una educación gratuita y de la legalización de los matrimonios del mismo sexo, mientras su contrincante Matthei enfatiza que acabará con la delincuencia y los narcotraficantes, mejorando a la vez las condiciones laborales y creando 600.000 nuevos puestos de trabajo de los que 400.000 serán para las mujeres.
Si Salvador Allende levantara la cabeza y tuviera que votar en estas elecciones, por disciplina de voto, y al ser Michelle Bachelet del partido socialista en el que él militaba, se vería obligado a votarla. Pero si el Salvador Allende que levantara la cabeza fuera el que el 11 de septiembre de 1973, en su último discurso como presidente en el palacio de La Moneda mientras era atacado por la aviación de los militares levantadose armas contra la democracia dijo “mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”, muy posiblemente repudiaría en lo que se ha convertido su amado Chile y votaría a la candidata Roxana Miranda (5), que en este momento es de las pocas políticas en Chile que mantienen el sentido de justicia por el que el presidente dio su vida.
1. Web oficial de Bachelet http://michellebachelet.cl/
2. Web oficial de Matthei http://www.evelynmatthei.cl/
3. Vídeo “Estado de Shock” de Naomi Klein para entender la política economica impusta por la dictadura http://www.youtube.com/watch?v=Nt44ivcC9rg
4. Problema mapuche: Video de la madre de Matías Catrileo asesinado por un policía http://www.youtube.com/watch?v=QYpfpFlywpI
5. Posiciones defendidas por la candidata Roxana Miranda Meneses líder de los deudores habitacionales (hipotecas), que entre otras cosas promete dar un corredor soberano a Bolivia para que tenga salida al mar http://www.youtube.com/watch?v=OvnauvoaJpU
6. Vídeo los ratones de la candidata Roxana Miranda Meneses http://www.youtube.com/watch?v=0ABrkYvu2nU
7. Debate de todos los candidatos presidenciales realizada por la Asociación Nacional de Televisión (ANATEL) http://www.youtube.com/watch?v=KzDOORCQyWc&feature=html5_3d
2 Mentiras muy potentes del Capitalismo :
1º Es el único sistema económico viable.
2º Usted puede ser rico (lo que no te dicen es que seguramente no lo serás y que también puedes ser pobre, además con mas posibilidades que rico).