Al de poco de presentarse 104.000 firmas en el parlamento vasco pidiendo el veto al fracking, el PNV, partido que gobierna en Euskadi, propuso una moratoria de 5 años. Alegaba para no apoyar el veto que «con leyes que son bien vistas en su estética pero que son anuladas en una semana no se sirve a la sociedad. Ni se avanza ni se impide nada». E hízose el entuerto. La salida al paso tiene su intríngulis. En primer lugar, la baza de las elecciones, pues en numerosos municipios vascos hay tramitándose exploraciones en curso. En segundo lugar, un estado bipolar manifiesto en el mismo pnv: el de Araba, contrario a las exploraciones; el equipo de gobierno abierto, as usual, a las posibles oportunidades de crear nuevos Petronor. Y en tercer lugar, la respuesta del propio gobierno vasco, en boca de su portavoz, Josu Erkoreka, contra la propuesta de su propio partido, aduciendo su escaso encaje legal. Fracking in the pnv?