Quienes somos diógenes, no por sabios, sino por lo del síndrome, guardamos de todo y mucho nos cuesta desprendernos de las cosas. Dígolo porque estoy considerando calentarme los cascos con esto de la política de la energía renovable o verde de una compañía que forma el oligopolio en España.
Ya os anuncio el resultado: se me funde la cabeza cuando intento calentarme con la electricidad procedente del paquete renovable o verde.
Iberdrola es la mayor eléctrica europea y segunda del mundo por capitalización. Anuncian en las páginas de publicidad que en los últimos años han puesto el foco en las energías renovables. Y aquí es donde se me abren los sesos y empiezo a echar humo de carbón por todos los orificios del cuerpo (la utilización de carbón sube en el mix de Iberdrola). Fue entonces cuando me puse el talar de arpillera de Diógenes “el cínico”, también llamado “el perro”, y rebusqué en la entropía que invade mi casa hasta encontrar las facturas de Iberdrola (tengo el bono social y la ley no me permite apuntarme a una cooperativa de consumidores). Aparecieron desde el año 2020. En la información del origen de la electricidad se apunta que en el sistema eléctrico español las renovables suponen el 46,3% del total. En Curenergía, que es la comercializadora de Iberdrola, la energía renovable ocupa desde el 6,0% en las facturas más antiguas, hasta el 2,9% actual. La verdad es que hay algo que me intriga, que aunque la Unión Europea haya decidido que la energía nuclear y la del gas son energías verdes, Iberdrola la sigue considerando fuera de esta categoría: Nuclear, 35,4%. Ciclo combinado y Gas natural, 43,9%. Sobre el impacto ambiental, información que también viene en una hoja anexa a la factura, las emisiones de CO2 tienen una escala de A a G, donde A es el mínimo y G el máximo de emisiones. En la generación de residuos radioactivos de alta intensidad, otros de los indicadores que se rige por la misma tabla, Iberdrola está en la G. En los dos casos con el grado máximo de contaminación. Conviene repetirlo muchas veces.
“Iberdrola, líder de recarga con más de 45.000 puestos instalados, lidera la movilidad eléctrica. Únete a las energías limpias” dice la compañía. ¿Se puede llamar a esto publicidad engañosa? No, por lo menos en la primera parte del enunciado, y sí en la desiderativa frase final. Su electricidad, mayoritariamente, no procede de energías limpias.
Diógenes mantuvo que lo único que importa es la distinción entre virtud y vicio, que las distinciones convencionalmente admitidas en griegos y bárbaros, crudo y cocido, público y privado deberían ser despreciadas. Actualmente la diferencia entre energía limpia y sucia se está transmutando por razones de sucesivas crisis. Creo que al perro de Sinope le han dado un puesto en el Consejo de administración de la empresa que preside Crates-Sánchez Galán, uno de los hombres más ricos de la ciudad. De todas las maneras los planes coyunturales de la estrategia a seguir, se anunciarán el día del inversor que celebrará la energética el 21 de marzo. Época en la que las acciones brotarán en su mayor vigor y hermosura.