La revolución está en cada instante. En la clarividencia de los instantes cotidianos. La poesía de Joanne Kygger persigue captar el momento en el que el yo es relas pertenencias ególatrasvelado en la existencia verdadera fuera de las falsas imágenes y las esclavas tareas. Varasek ha editado la primera antología en castellano de Joanne Kyger, con clarividentes prólogo y traducción de Mónica Caldeiro. A Tiempo es el título del último libro de poemas de Joanne, fallecida en Bolinas, enclave óceánico próximo a San Francisco, el año pasado. Caldeiro dice en el prólogo que su obra es «de suma relevancia para las poéticas del siglo pasado, permanece ahora para siempre fuera de los marcos del reloj». En la poesia de Kyger el tiempo queda en en el aire: un acuerdo con el momento mientras rompe la espuma de rápidas asociaciones.
Joanne Kyger, nacida en Vallejo, California, en plena época de la Depresión, 1934, llegó a San Francisco a mediados de los años 50. Conoció a las generaciones de poetas, desde Kenneth Rexroth hasta Ginsberg o Gary Snyder, que protagonizarían el llamado «renacimiento» cultural y político de la ciudad. Pero Kiger no perteneció a la generación beat, a pesar de que se la considera una «poeta beatnik». Joanne huyó de las egolatrías y los círculos de pertenencia. La antología publicada por Varasek de Joanne Kyger destaca en primer lugar esa huída. El sutíl recogimiento del momento, el verso escueto. Comparte, claro, con buena parte de los poetas del San Francisco del Renacimiento un hallazgo en el budismo zen como actitud previa de observación. Sin embargo, como recuerda la prologuista y traductora Mónica Caldeiro, Joanne Kyger comentaba una y otra vez que el poema es «todo lo que hay», y que no hay que buscar fuera de él – ese budismo – para explicar lo que el poema es.
Recibir las noticias de los cuervos en una mañana mientras el país derrocha sus alas de Izaro gastando billones en guerras. El verso revolucionario sin proclamas. Cada poema de Joanne Kyger puede ser un templo.
No para identidad de yoes y tristezas / Deslumbradas por la total humildad de la / [verdad / Escuchando la existencia separada de los mundos / desde que nací / Para mirar la sustancia / de lo que desfila ante los ojos / centelleando / en páginas de notas de música / y que permanece en la memoria como / [renovación, / como voces externas sobre el agua / como aretsanía / que lleva a esta viajera hacia adelante, de Vuelta / fuera del tiempo, es este momento / cuando te escribo / estas notas de mi misma
En el cuelgue de los 70, Joanne Kyger vislumbra en su poesía el tan traído concepto de la necesaria revolución. Hoy no se han extinguido en absoluto las brasas de esa hoguera siempre pendiente, siempre necesaria. Como un trueno lejano en un cielo de tergal, Kyger dice:
NOTAS DESDE LA REVOLUCIÖN
Durante el ritmo de esta historia tal vez halles otros ritmos.
Como ritmo, com Cantus, como Firmus, como papel,
como el reino que está por llegar, que está aquí
descubriéndose
El acto revolucionario de la poesía de Kyger está en dar con la clave de la esencia misma de las cosas y del yo interior del ser humano. Encontrar las trampas «de la vida» exige una constante meditación:
«estoy más allá del miedo a la escasez de la vida.
Green Angels, riachuelo, en la calurosa California
y en la quietud las semillas eclosionan»
En los poemas elegidos en esta antología A tiempo, aparece una Kyger, más que antimilitarista, enemiga del ente «poder». Viviente de la neurosis belicista en su país en los sesenta, las siguientes décadas serían como torpes coletazos del gran drágon. La enfermedad belicista eclosiona tras septiembre del 2001.
Hasta ahora dos billones invertidos en / [Guerra /podrían haberse gastado en odontología / no poder esconderse de la tristeza y el peligro / de invadir un país como un videojuego / o de esas noticias que se vuelven «tu vida»
Las paradojas se suceden en la poesía de Kyger (¿De veras crees que se puede «matar» a un / enemigo? / ¿Crees que el enemigo alguna ves se irá / mientras aún resida en la identidad «enemigo»? ) y la contemplación de que el «sistema» hace aguas por todas sus partes. Kyger va a la guerra con su eterno ejército de observaciones del instante.
Sobre el ahora / diminutos iridiscentes / trozos de abulón / Tan íntimos estos días nublados / Hogar es el momento / en que llegan las codornices
La antología A Tiempo publicada por Varasek ojalá sea el comienzo de otras ediciones en castellano. No solo porque supone una redención a un olvido injusto. También porque Joanne Kyger es una revelación clarividente.
Asume que la riqueza del mundo está en guijarros y hojas / puestos sin reservas ahí / en el suelo