No es en modo alguno una victoria del derecho a la información ni de la libertad de prensa. La jueza del Tribunal Penal Central de Londres, Vanessa Baraitser, considera a Julian Assange culpable de los delitos que le imputa Estados Unidos. Pero desestima su extradición a ese país mediante un rocambolesco silogismo, pues “la salud mental del Sr. Assange se halla en tal estado que le resultaría angustioso ser extraditado a Estados Unidos”, para concluir que la vida de Assange estaría en peligro: “Sufriría un deterioro que lo llevaría a suicidarse, dada la determinación que le provocan sus trastornos autistas”.
El departamento de justicia de EEUU alega 18 cargos contra Assange cuyas penas oscilan entre la cadena perpetua y la pena de muerte. La jueza londinense Vanessa Baraitser acierta al deducir el riesgo para la vida de Assange en caso de conceder su extradición a EEUU.
Sin embargo, la jueza deja abierta la posibilidad del recurso pues añade en su sentencia poco menos que un veredicto de culpabilidad hacia Assange. “Salvando el papel crucial que la prensa tiene en una sociedad democrática, los periodistas tienen la misma obligación que el resto de ciudadanos de obedecer la ley penal. En este caso, los hechos de los que se acusa al Sr. Assange son ilegales, y él no resulta inmune a la responsabilidad criminal simplemente porque asegure que actuaba como periodista”.
El departamento de justicia de EEUU tiene de plazo 15 días para recurrir esta sentencia.