Despacho de la agencia Europa Press del 13 de julio de 2014. En su peregrinaje para abastecerse de recursos «prioritarios», como la energía solar, la economía digital, la agroalimentación o la desalinización del agua, el gobierno israelí ha abierto las aguas del mediterraneo para encontrar a la presidenta socialista Susana Díaz presta a un entente empresarial kosher.
Cohetes artificiales -no como los que funden Gaza- para celebrar con el embajador de Israel en el Reino de España, Alon Bar, la «colaboración empresarial». El embajador israelí «ha mostrado además su interés por las infraestructuras tecnológicas andaluzas y ha destacado en especial que el Parque Tecnológico de Málaga es de primer nivel. No se pretende bombardearlo, sino más bien al contrario: sorber el sabroso gazpacho económico. Una graciosa lista de empresarios andaluces ha encargado al peluquero Llongeras permanentes con tirabuzones. «Hay que adaptarse, por una libra de carne. A nuestro cerdo le llegó su San Martín» que pensó el Mercader de Venecia. La junta ha diseccionado un mapa de chiringuitos playeros donde alojar a los emprendedores israelitas más avezados. Se suprimirán las cortezas de cerdo, el jamoncito; habrá vendedores ambulantes de kippás y el empleo subirá como el plomo fundido israelí. El nuevo socialismo andaluz ya está en marcha.