
Don Mario F.M. es desde hace 32 años asesor económico de una institución con mucho peso – grave-dad- en España. Un científico de bata blanca y laboratorio que con corbata y despacho troquela datos de la realidad. De sus estudios, los números cantan y aparecen sonantes en boca de políticos de todo signo. De borradores alicatados por su pluma han salido los planes económicos de gobiernos para hacer frente a la cruda realidad económica del país. Así es como, des-vela Enmanuel Lizcano en su Metáforas Que Nos Piensan, las invenciones de Don Mario F.M: representación de los hechos en estadísticas y ecuaciones, de los súbditos en los parlamentos, de los acontecimientos en noticias, de la realidad en discurso. Don Mario no conoce a Lizcano ni lee Hincapié. Pero ahora se encuentran para desenmascarse.
Lo que producen los científicos son esencialmente textos, textos cuyo análisis desvela toda una batería de estrategias retóricas destinadas a persuadir al lector de la existencia de ciertos «hechos», y de la bondad de ciertas «explicaciones». Como añade Lizcano, la ciencia del cuento se aplica a dar cuenta del cuento de la ciencia. «La ciencia, aunque se presente como des-cubrimiento y explicación de realidades naturales que están «ahí fuera», como pre existentes a la indagación sobre ellas, lo que está haciendo es construir esa realidad, inventándosela, fabricándola«.
Don Mario F.M. es uno más entre los miles de «expertos», «sabios» que se apoyan en el método científico para dictaminar objetivamente el modo de vivir de las personas a través del mayoritario modo de pensar. Sin embargo, como Hincapié ha podido saber, Don Mario es una persona con un pensamiento extraordinariamente capaz: sólo elabora signos y metáforas. Los signos: IPC, Renta, déficit, Ibor; las metáforas: plan de empleo para la sostenibilidad local, medidas de ajuste y contención, adecuación presupuestaria, mayoría silenciosa, masa laboral, mercados.
Aunque no lo sepa y más bien piense todo lo contrario, su destreza le une religiosamente con muchos de los que son sus declarados opositores insertados en partidos y corrientes de izquierda. Ellos también creen. En la objetividad científica, en los parámetros, en la fe en un sistema que puede o debiera ser, en los hechos puros y duros. En un fundamentalismo científico de distinto polo. En despreciar con semejante iracundia e inquisición los otros mitos más allá de los mitos impuestos.
Don Mario F.M. comulga cada mañana con el input de noticias que los científicos de la información dejaron en las probetas la noche anterior. Datos obetivos: medidas de ajuste, recortes. Cuántas de tales medidas salieron tiempo atrás de su diccionario de metáforas. Es lo que hay. Inyección monetaria al yonki bancario. Aplicación de las ciencias, y la madre de todas ellas, para controlar comportamientos sociales indeseados. En el nombre de la imagen, el mensaje y el spot. Amen.
Don Mario F.M. sonríe escuchando a ciertos protestadores reclamar otros números son posibles. Evidente. Fuera de foco queda la casta de tecnoburócratas y políticos que dicta esos números, paseándose con su cesta de términos en el bosque de la cotidianeidad. Protestas contra la troika en las calles de toda Europa. ¿mirando el dedo del sabio que apunta a la luna?