En la noche del domingo 12 al fatídico 13 de julio… lunes, las puertas se abrieron y se cerraron 10 veces. Bruselas, reunión de jefes de estado y de gobierno. Exasperación que el alba puede convertir en el exhausto aliento final de la utopía liberal europea: Merkel no consigue doblegar a Tsipras; Hollande no quiere crear melé sino alzar la melena que pueda erigirle, aunque sea por unos días, en el Luis XIV europeo. Entonces, Donald Tusk, presidente del consejo europeo, antes de que el gallo cante a las 6 de la mañana, secuestra en una sala contigua a Frau Merkel, Tsipras y Hollande. El acuerdo llega como paloma negra – que más se parece a cuervo- a las 9 de la mañana: son siete páginas. Como las vidas del gato griego. En los siete folios se detallaba la dieta del gato griego: no sólo los impuestos, también el aumento del IVA, la fiscalidad de sociedades; también la reforma del código civil, y los sueldos, el trabajo en domingo, la privatización de la distribución eléctrica hasta la reglamentación de los medicamentos sin prescripción médica. La mayor medicina para el país que inventó la medicina. El acuerdo precisa que estas son las «exigencias mínimas para comenzar las negociaciones». A cambio, de las derretidas alas del Izaro europeo lloverían 80.000 millones de euros. Y el dra(c)ma griego se manifiesta en toda su lacónica fuerza: ¿No eligió el pueblo heleno a Tsipras frente a los mercaderes y su dictadura? Elektra paradoja: jamas tuvieron tanto poder en las islas. Aquí las bambalinas de este acuerdo que, en realidad, era un chantaje orquestado dias antes.
El 10 de julio de 2015, dos días antes del acuerdo, un documento secreto pasa de cartera en cartera en la reunión del Eurogrupo. «En caso en que no pudiera obtenerse un acuerdo, Grecia propondrá una negociación para la salida del euro». El aullido sobre la presa lo ponía el Wolf-gang Schäuble: una pena a purgar durante 5 años. Este era el documento que se puso sobre la mesa la madrugada del 13 de julio. Alemania y Finlandia no deseaban que figurase la amenaza campanaria. A solicitud expresa de Tsipras, fue retirada … del texto. Fue el Rigodón Hollande quien se mostró más leonino en mantener este precepto en el acuerdo. Hacía de Consigliere roquefort. La red parecía haberse echado. El punto arquimedeo del chantaje: el mantenimiento en el euro, con un 80% de apoyo ( de votos) en Grecia. Cerrada la trampa, Tsipras accede a salvar el euro, pero aceptando unas medidas rechazadas por el 61% en referendum seis días antes. Pero había más puntos ziklón.
«Grecia deberá transferir 50.000 millones» de activos privatizables a un fondo luxemburgués: la Institución por el Crecimiento. Este fondo dejaría Grecia sin fondo. Su función sería gestionar la privatización de las islas. La Institución luxemburguesa por el Crecimiento es nada menos que una filial de la banque KfW, creada en 1948 para reconstruir la …. Alemania. Está presidida por el Wolf-gang Schäuble. Su vice presidente es Sigmar Gabriel, vicecanciller alemán y lider del SPD. En la noche del 13 de julio, Tsipras se planta ante la propuesta: «es inaceptable». Hollande asiente. Merkel, cual maga Berlín, acepta que los fondos pertenezcan a Atenas, pero «bajo la supervisión de las autoridades europeas competentes».
Pero no parece que la competencia sea precisamente competencia de los altivos teutones. En 2008 la banca KfW recibió el apodo de la «banca más bestia del mundo». El 19 de septiembre de ese año, al tiempo que Lehman Brothers anunciaba su caída libre, los dirigentes de KfW tuvieron a bien girar 300 millones de euros, que fueron chamuscados como un codillo a la brasa.
Los actores del anfiteatro
¿El teatro que con ahinco representan los acreedores griegos surge súbitamente? La deuda griega estaba escondida. Pero ¿quienes fueron los magos que hicieron de las islas helenas chirteras de donde salían conejos? El 2.000 es el año de la fantasía numérica: Grecia se adhiere al euro. Cuatro años más tarde, el gobierno admite que había dividido por dos la cifra de la deuda pública en 2.000. Los bancos hacen su parte en el arte de la chirtera. El gigante Goldman Sachs vendió a Grecia, a principios de los años 2.000, dólares por euro con el fin de hacer más presentables su cuentas. Marc Roche, especialista de la City, en su libro editado en Francia, banksters, describe cómo recibía dos euros por cada dólar. A cambio se establecía un documento secreto para el reembolso que iba a cuenta de la deuda. ¿Era esto conocido por la autoridades europeas? Veamos: Loukas Papademos que negociará para Grecia el paso al euro, interventor de cuentas, será desde 2002 hasta 2010 vice presidente del Banco Central Europeo. Mario Draghi, vicepresidente de Goldman Sachs «vendía a otros paises europeos el producto financiero que había ayudado a Grecia a camuflar sus cuentas«. Draghi, presidente del Banco Central europeo es uno de los principales acreedores y un apoyo fundamental de Grecia.
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Información elaborada a partir del artículo Trois jours de théâtre grec et un accord à l´arraché. Le Canard Enchainé, 15 de julio de 2015.