Las bombas lanzadas por aviones de la coalición dirigida por Arabia Saudí y apoyada por Estados Unidos continúan cayendo sin clemencia en la provincia yemení de Hodeidah. 13 personas perdieron la vida la semana pasada y decenas resultaron gravemente heridas. Días antes un misil derribó un autobús escolar en la ciudad de Saada, al norte del país. Murieron 51 personas, 40 menores. El misil que acabó con esas vidas era un Mark-82, de fabricación estadounidense. En Estados Unidos no se habla de las matanzas en Yemen. Crímenes cometidos bajo las órdenes delel rey de Arabia Saudí, Abdelaziz al-Saud y el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Jalifa bin Zayed al-Nahyan, recibidos por los presidentes del mundo como reformadores y aliados de Occidente en golfo pérsico