A principio, estos jóvenes alemanes enviaban cartas y peticiones a las diferentes administraciones con el objeto de que se retirasen de la vía pública la multitud de cámaras que hacen de Gran Ojo orweliano. En vano. Así que, a modo de juego, decidieron poner en marcha CAMEOVER. Organizados en pequeñas brigadas, graban la «retirada» de cámaras en calles, vagones de metro y edificios. No solo han conseguido su objetivo a pequeña escala. En Alemania surge con fuerza un debate social acerca del control orweliano del Estado.
Además de extenerse por el país germano, CAMEOVER ha traspasado sus fronteras a Finlandia, Grecia y la costa nordeste de Norteamérica a principios de 2013.