Agacharse a coger del suelo un rayo de sol,
invitar a quien se agacha
a hurgar en los contenedores,
que coja el humus de la luz en el hurgón.
A quien pide arrodillado debajo
de la catedral acristalada del Banco,
invitarle a coger las piedras del rayo,
lanzarlas a los vitrales.
En ocasiones al alba tengo energías
que parten de un lugar oscuro
y señalan la dirección de alguna
línea de luz.
Cómo decir que es una descarga
que se propaga en corona de rayos,
sin ponerme lírico.
Que es una chispa eléctrica
que se extiende con dolor penetrante,
momentáneo, hasta que caliento la leche
y tomo el café y mojo el pan de espelta
y las piedras del rayo se trituran
en la placidez que el cuerpo
comienza a experimentar.
Escribo poniéndome lírico, este rodeo,
este pretexto, para inclinar la cabeza
y disponerme a iniciar la jornada,
eso si, con un poema que es
un gusano de luz que se esconde.
Bene Lador