La prosa de Robin Green es ecléctica, sensorial y eléctrica. Para los lectores en español era, hasta hace unas semanas, una desconocida. Esta hija de las flores en el San Francisco de finales de los 60 se hizo un hueco en la prensa contracultural como reportera para la revista Rolling Stone. A pesar de que había mujeres en la crema del nuevo periodismo norteamericano, la más brillante, Joan Didion, Robin Green fue de las primeras en lo que podríamos llamar el nuevo nuevo periodismo en Norteamérica. Mimetizada con la intensidad de aquellos años, las crónicas y reportajes de estos jóvenes escritores como Robin Green, más que artefactos literarios o la superación de un estilo, eran la consumación de una experiencia. El consumo de un amplio espectro de drogas estriaba o redondeaba el color de lo vivido. La editorial Liburuak acaba de publicar La Única Chica, la auto crónica de Robin Green.
No es esta autobiografía la crónica del hedonismo descarnado, y al m ismo tiempo destructivo de los 60 y 70 en Estados Unidos. Aunque queda reflejado en los sketches impresionistas con los que Robin Green arma los diferentes capítulos del libro. Esta autobiografía es el guion de una buena historia. Una historia de supervivencia, liberación, de duelo, arrebato existencial, y, por último, de éxito profesional y estatus. Porque los cinéfilos sí reconocerán a Robin Green como una de las creadoras y guionistas de series tan vanguardistas como Doctor en Alaska y Los Soprano. Las bambalinas de la industria audiovisual también quedan reflejadas, aunque con numerosas omisiones.
Lo relevante en Robin Green no es su relato ni su descarnada sinceridad, sino el ánimo desmitificador por un lado y al mismo tiempo recuperador del esencial espíritu creador de varias generaciones. Queda reflejado el narcisismo delirante puesto al servicio del culto a la personalidad que, paradójicamente, demandaban las nuevas generaciones, desde la nueva izquierda hasta los nuevos consumidores que habrían de convertirse en la nueva burguesía norteamericana.
Robin Green narra en primera persona lo que supuso para las mujeres como ella el sexo como camino hacia lo que en nuestros tiempos y con perspectiva casi antagónica se llama empoderamiento feminista. No falta la introspección a su ruptura familiar – quizá lo más descarnado y literariamente más luminiscente de su relato – el culto y vivencia de las drogas y su ingreso, por último, en la delirante Industria cinematográfica.
La Única Chica es, proponiéndoselo o no, un valioso libro de enseñanzas, las que ha recopilado una mujer que dejó atrás a muchos de quienes formaron parte de su generación
La Única Chica. Robin Green. Liburuak, 2024. 348 páginas. 20 euros.