Una escena norteamericana. Martes, 14 de julio, en el centro de Portland. Militares y agentes federales sin identificación detuvieron a manifestantes y los introdujeron en vehículos particulares. Días antes, un joven de 26 recibió un disparo de proyectil en la cabeza. A 300 kilómetros de distancia, en Oregón, y solo un día despúes, Mark Pettibone,