Nos piden más ajustes y más recortes. El cinturón ya no puede apretarse más y la soga se convierte en el nuevo complemento. Las tijeras más sanguinarias y depredadoras continúan su particular andanza contra las clases medias y bajas. Este esfuerzo sobrehumano está causando graves consecuencias en las familias. Hace unas pocas semanas pudimos leer