Cuando se lee la biografía de Susan Sontag (1933 – 2004) La Conciencia Uncida a la Carne, publicada por Mondadori, también conocida como la escritora del compromiso, figura legendaria por su desbordante inteligencia y su personalísimo estilo y cuyo verdadero nombre es Susan Rosenblatt, lo primero que viene a la mente es el poema de