Nada más lejos que detenerse. Lo que se detiene, muere. Aunque esta es una ley nada biológica, es la fuerza motriz del capitalismo. Para sus ojos de tierra, ¿Todo monstruo tiene una parte buena? ¿Cual? Lo inalterable es contranatura. Así, un terreno es baldío si no hay nada, y aunque esto es una ley que contraviene los principios del empirismo -siempre hay vida en los lugares yermos- hay que sacarle provecho económico. Alterar las cosas, los objetos, las necesidades, cambiar, inquietar, perturbar, trastornar todo bajo la férula de un desarrollo que nos hará conducir Todoterrenos con cambio automático, climatizador bizona, sistema multimedia, cámara trasera, bluetooth, audio streaming, ópticas traseras led … y mucho más. Emisión CO2 232 G/Km y consumo de 10 l/km, para ir exclusivamente por carretrras y autopistas bien asfaltadas. ¡Oh! Gran Cherokee Jeep, Manitú te saluda.
La pérdida de capacidad de crecimiento es un riesgo, nunca una solución y la fantasía tecno-industrial del presidente de la Asociación de Compañías de Investigación, Exploración y Producción de Hidrocarburos y Almacenamiento Subterráneo ¡huf! ¡Glup! dice que la producción propia está generando empleo y riqueza con las nuevas tecnologías exploratorias (sísmicas 3D) y de fracturación hidraúlica. La familia Parr en su casa de decatur, texas, padece migrañas y vómitos, sarpullidos, hemorragias y fiebres, síntomas que, según un tribunal, guardan relación con la extracción de gas que rodea su rancho. Pero esto es EEUU. En Europa tenemos legislaciones medioambientales tan estrictas que no llegará el caso ¿No?, ¿Sí?
Los geólogos anuncian que en el proyecto Castor (almacén submarino de gas) frente a la costa de Vinarós, la peligrosidad sísmica de la zona no se había estudiado. ¡Oh! La elevación de la incertidumbre y los principios de precaución no son problema ante la inyección de otros incrementos estratégicos. «El planeta está al servicio del hombre y no el hombre al servicio del planeta», que dijo Ana Botella, por cierto, cuando ocupaba la concejalía de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid ¡Jau! Interjección para animar a los becerros de oro de los Planes generales de Ordenación urbana (PGOU). Menos mal que a la botella llena de esta clase de gente, le queda un poco de aire donde se conservan las opiniones más enjundiosas de otros autores que critican profusamente el concepto de progreso, como Walter Benjamin y Simone Weil.
El uso de la plabra progreso se extiende entre los partidarios de cualquier credo político. Liberales, conservadores, socialistas, todos invocan en sus programas. No obstante, la idea de progreso ilimitado del desarrollo siempre a mejor, tiene apenas doscientos años. Cuestionar esta idea conlleva que no estamos hablando de un mero concepto abstracto. Quien critica, interrumpe tanto el curso especulativo de la industria, como la venta de productos, o al menos alberga la intención de intentar rovocar tal interrupción. La crítica es sabotaje del progreso (revista Cul de Sac dixit).
Ahí tenemos, como una figura heráldica con las puntas hacia arriba al progreso. Lo otro, las paradojas del crecimiento, las noticias frías, informes de organismos, datos, documentos, testimonios, son microorganismos de la fermentación del desarrollo.
Y la literatura ¿dónde está señor Hidalgo? El relato de las pasiones básicas que engendra monstruos en «El mejor de los mundos posibles» ¿Dónde? De su alma y de los que se oponen a ella ¿En qué lugar? Yo los he encontrado levitando con algunos puntos de apoyo -calidad y humor. Crueldad y sinceridad- en las historias que desvían la luz modificada por medio de la refracción y la reflexión. Novelas de John Mortimer, Edward Abbey y Rafael Chirbes.
El inglés hace un retrato de la vida inglesa desde la postguerra al Thatcherismo, centra su humor, ironía y sátira en el ascenso de un político. El estadounidense Abbey tiene muy claro dónde está el mal, y su Banda De La Tenaza lleva las ideas de un panteísmo radical a la práctica. Sabotajes incruentos de indignados, visionarios ecologistas, paletos pseudo intelectuales empapados en Thoreau, levantados como hierros de lanzas o saetas untadas en zumo de hierbas ponzoñosas: Que la rebelión canalizada hacia los procedimientos legales, corteses cartas al director del periódico, etc., sea de otros, que estos están irritados, muy irritados, excitados, iracundos, pero no desorientados.
Por último, el valenciano Rafael Chirbes no ve inocentes por ningún lado. El bienestar y su reverso inseparable de la codicia y los falsos proyectos de la eclosión inmobiliaria que traga pueblos de huertos, donde en vez de judías, tomates y habas, producen envases de plástico para comercializar frutos cultivados y recolectados a diez o doce mil kilómetros de distancia. Lo que piensan y sienten sus personajes se corresponde con un determinado paisaje exterior, común a Mortimer y Abbey, donde lo que manda es el ánimo de lucro y el agiotaje.
Hace algunos años, el biólogo Daviz Suzuki observó que en el mundo hay solo dos entes que creen en el crecimiento ilimitado: las multinacionales y las células cancerosas.
Un paraíso Inacalzable; El Regreso de Titmuss. John Mortimer. Libros del Asteroide 2014.
La Banda de La Teneza; ¡Hayduke Vive!. Edward Abbey. Editorial Berenice
En La Orilla, Rafael Chirbes, Anagrama 2013.