Una escena norteamericana. Martes, 14 de julio, en el centro de Portland. Militares y agentes federales sin identificación detuvieron a manifestantes y los introdujeron en vehículos particulares. Días antes, un joven de 26 recibió un disparo de proyectil en la cabeza. A 300 kilómetros de distancia, en Oregón, y solo un día despúes, Mark Pettibone, de 29 años, fue detenido en la calle por hombres no identificados, subido de manera apresurada a una miniván sin distintivos y trasladado a una celda en la corte federal. Fue liberado horas después sin saber quién lo secuestró. Donald Trump ha anunciado que enviará más tropas paramilitares a ciudades donde aún colean manifestaciones y protestas, gobernadas según el presidente por «la extrema izquierda».
La Fiscal general de Oregón, Ellen Rosenblum, ha abierto diligencias por los secuestros ilegales a manos de militares sin identificar.