Recluído en un angosto reducto en el que apenas puede dar tres pasos, sus guardianes racionan las horas de luz diaria permitidas. Incomunicado. Sometido a «interrogatorios». Ausencia de descanso, aseo. Aislamiento. Es un enemigo caído en un combate que no admite dignidad, y merece, a los ojos de sus hoy captores, la pena capital. Su cautiverio de cientos de días es un purgatorio ya definitivo, sea cual sea el devenir de su juicio. No hay sangre en sus manos. No mató a nadie; más bien pretendió que otros dejaran de hacerlo. Su delito, aún peor, fue informar. Reunió en un cd miles de cables que atestiguaban los crímenes que en Irak y otros lugares cometía el ejército norteamericano en nombre del pueblo norteamericano. El soldado Bradley Manning (Crescent, 1987) filtró esa información a Weakileaks, que a su vez hizo posible que el pueblo norteamericano y buena del resto del planeta tuviera conocimiento de ese su derecho a saber. Un derecho capital con pena capita en EEUU.
El cautiverio de Manning tomó los ocuros y cambiantes tonos del periplo de lugares en los que fue recluído. Desde una cetrina cárcel en Kuwait hasta la adusta de Fort Leavenworth, en la espesa llanura de Kansas hasta Fort Meade en Maryland. Su estancia en la prisión de Quantico, Virginia, es definida como «criminal» por su abogado, David Combs. A su parecer, de entre los cargos que se le imputan a Manning, el más peligroso es el de «ayuda al enemigo». Robert Scheer, impulsor de la mítica revista Rampants en los 70, y editor de truthdig.com, desentraña: » ¿Quién es ese «enemigo» sino el público que fue informado acerca de la verdadera naturaleza de las guerras de EE.UU en Iraq y Afganistán por los informes y documentos presuntamente puestos a disposición de WikiLeaks por Manning? Los documentos fueron catalogados como secreto, pero como revelaron las noticias pueblicadas, eran información que un público ilustrado tenía necesidad y derecho a saber«.
Los liberales The Guardian, The New York Times y el decaído El País se sirvieron de la información que suministró Manning a Wikileaks. Con ella, publicaron seriales, auparon sus ventas y dispararon las visitas en sus digitales. Pero las primicias contenían información secundaria y poco relevante. Hoy Julian Assange está recluido en la embajada ecuatoriana en Londres, acosado por la justicia de Suecia tras la que se divisa lejana sombra EEUU; Manning cumple su lacerante reclusión militar. Excepto The Guardian, el resto de grandes medios no ha querido verse corcenido por la realidad de Manning ni su lucha desigual con el todo Gobierno, Departamento de Estado y Pentágono estadounidenses.
Para Scheer, «esto va al corazón de las libertades de la Primera Enmienda (…) si el público tiene derecho a conocer la información que Manning supuestamente ha revelado, como el Times ha demostrado con la publicación de historias importantes, entonces esa fuente debe ser honrada y no despreciada (…) Manning se encuentra en la misma posición que estaba Ellsberg, quien hace cuatro décadas filtró a The New York Times los detalles de las mentiras del gobierno y de los crímenes en Vietnam. Ambos hombres tuvieron acceso a material clasificado secreto, pero ambos creían que tenían la obligación de perforar el velo de secretismo gubernamental cuando éste se emplea para engañar al público. Lo que protege la Primera Enmienda no es un derecho de las empresas comerciales para explotar las noticias en su beneficio, sino más bien el de los ciudadanos en ser informados. Eso requiere la valentía de fuentes heroicas, como Bradley Manning«.
El derecho a la información parece necesitar de la valentía también de quienes tienen asignada la tarea de informar. El colectivo que engloba a éstos parece no haber estado a la altura. En un crucial crack en el que se dilucida la devastadora presión de la administración Obama y el Pentágono contra Manning, parece vislumbrarse también un crack en el seno de los oligopios de la comunicación. Su validez como equilibradores del poder ha quedado hecha trizas. Pudieron servirse de Assange e indirectamente de Manning para recobrar aliento. Su rentabilidad ha sido de un puñado de dólares.
Artistas & intelectuales
En septiembre de 2010 la fiscal superior sueca, Marianne Ny, ordenó el arresto de Julian Assange basándose en la acusación de abuso sexual que contra él hicieron dos jóvenes suecas. Para una buena parte de la población globlal la acusación tenía un hálito de sospecha. Coincidía con una campaña de desprestigio y señalamiento en EEUU protagonizado por políticos demócratas y conservadores, corporaciones mediáticas. Algunos intelectuales y artistas vieron una maniobra encubierta para cercenar el derecho a revelar información de gobiernos y ejércitos. Fueron realmente pocos (1). Si con anterioridad se habían opuesto a diversas maniobras del poder, ahora, pensaron, era la ocasión de denunciar la peligrosa deriva que suponía la persecución a Assange. Fue precisamente un diputado conservador, Ron Paul, quien mejor (2) definió la postura común de éstos: «En una sociedad donde la verdad se convierte en traición a la patria, entonces estamos en graves problemas».
Justo un año antes. 26 de septiembre de 2009. El director Roman Polanski fue arrestado en el aeropuerto de Zúrich. Un tribunal de Estados Unidos le reclamaba por supuestos delitos sexuales cometidos en 1978. En esta ocasión el director de ascendencia judía recibió el apoyo de un grupo de intelectuales, escritores, artistas mucho más nutrido y de muchos más países (3). A pesar de la aparente semejanza entre las acusaciones a Polanski y Assange, la inteligentsia intelectual en España y otros países optó por reacciones muy divergentes. A pesar de que ésta sí pareció movilizarse contra la guerra de Irak, con el gobierno de Aznar en su eclipse, las revelaciones de Wikileaks, directamente relacionadas pero bajo mandato de Obama, han merecido un silencio tan gélido como el que rodea los muros de Fort Meade en Maryland donde se dirime la suerte del soldado Manning.
Pena … de muerte
En el consejo de guerra que se inició el 16 de diciembre contra Manning, su abogado denunció las evidentes concomitancias entre poderes: el juez militar que ha de dictar sentencia es también fiscal del departamento de justicia, parte implicada en la captura de Julian Assange. Manning puede ser una pieza de canje. Se enfrenta a la pena de muerte. Su abogado Combs teme una permuta: una rebaja de la condena a cambio de la implicación de Assange. El derecho parece escribirse con el reglón torcido de la coerción. El juicio contra Manning ¿es un juicio contra la libertad de todos a saber aquello que cualquier gobierno no desea sepamos? ¿Nos ocurre, nos sentamos en ese banquillo en Fort Meade?
(1) John Pilger, Ken Loach, Ron Paul, Kevin Rudd, Michael Moore, John Sulston y Don Tapscott.
(2) http://www.cbsnews.com/8301-503544_162-20024605-503544.html
(3) Gilles Jacob, Thierry Frémaux, los directores Pedro Almodóvar, Walter Salles, Alejandro González Iñárritu, y los actores Isabelle Adjani, Wim Wenders, Julian Schnabel, Wong Kar Waï, Jean Moreau, Tilda Swinton, Fany Ardant y Mónica Belluci y Ettore Scola, escritores como Carlos Fuentes, Claudio Magris, Mario Vargas Llosa, Jorge Semprún, Salman Rushdie, Fernando Savater, Marjane Satrapi, Amos Oz y Eduardo Manet.,
Hi! Ib4m just an ordinary citeizn in Sweden. But Ib4m way more active than my fellow citeizns,when it comes to case Assange/Manning. I donb4t believe for one second that Assange hascommited a crime against this woman. Thereb4s to much going on with deleted blogs. Sites thathas been removed etc. But all of this could be recovered thanks to dedicated technicians and hackers.Let’s focus on Manning. What the U.S. is doing in this case is (in my opinion) that they cowardly and easily move attention away from the real bad guys. They ignore the fact that a crime has been committed abroad. Instead they focus on shooting the messenger who informed the world about what is happening. It makes me furious. Both Manning and Assange should be hailed as heroes.Sorry. I just needed to ventilate some thoughts Need any help from Sweden? Just send me an e-mail.Any misspelling or incorrect grammar? Google translateb4s fault. =)